Una cosa son las palabras, las promesas y los discursos del Presidente Danilo Medina y otra son los hechos. De ahí que a los pueblos se les puede engañar varias veces, como lo hizo Leonel Fernández, pero no por siempre.
El indignante “paquetazo fiscal” que propone el ciudadano presidente Danilo Medina y su equipo económico, no es aguantable por el pueblo dominicano ya que produciría un proceso de inflación, quiebras, desempleos, alzas en las tasas de cambios y pobrezas sin precedentes en el país.
El “hoyo fiscal” creado por el gobierno de Leonel Fernández en un déficit consolidado de $187 mil millones de pesos, como un déficit en el gobierno central de $155 mil millones de pesos y un déficit de más de $1,200 mil millones en dólares al sector Eléctrico.
Todo lo cual, sale sorpresivamente ahora, ya que lo habían mantenido oculto hasta la llegada de los funcionarios del FMI al país. Pese a que el equipo económico del PRD y otros economistas se mantuvieron constantemente denunciando esos altos déficits, y el gobierno de Leonel Fernández diciendo que eso era falso.
El equipo económico que había diseñado y ejecutado el “desguañangue económico “como la percepción de que vivíamos “muy bien”, “progresando”, “con una economía blindada” y “un crecimiento y bienestar de un Nueva York chiquito”, se ha desplomado, pasando ahora, a la dura realidad de que Danilo Medina ha recibido el peor desastre económico en la historia de la República Dominicana.
Ese equipo económico, de nuevo esta presentando otro desastre económico, que podría convertirse en un terremoto en las más altas escalas richter, pues, lo que quiere es más dinero y no fundamenta sus medidas en atacar y disminuir el despilfarro del excesivo gasto público y la corrupción que son las causas que originaron el “agujero.”
Tampoco presentan esos economistas del gobierno ni Danilo Medina, el castigo a los responsables de ese “hoyo financiero,” llevándolos a los tribunales para que sean debidamente condenados, al igual que a los desfalcadores de Baninter y los otros Bancos, única forma de crear credibilidad.
Es una locura seguir castigando a la población saturada de impuestos, con $55 mil millones adicionales en el 2013, con $54 mil millones adicionales en el 2014, con $59 mil millones adicionales en el 2015 y con $66 mil millones adicionales en el 2016. Eso no lo aguanta la empobrecida, saqueada y vapuleada economía dominicana.
La mayoría de los economistas plantean que no se necesita una reforma fiscal para reducir el déficit creado por el uso y abuso de los recursos del estado para ganar las elecciones, sino que lo necesario es reducir frontalmente el gasto público, como su calidad. Pues el gobierno ha venido sosteniendo y aumentando en un 25% las recaudaciones.
Pretender gravar los vehículos por circulación con un brutal y abusivo 1% de su valor, unido a otros impuestos por la primera matriculación de los vehículos, como un aumento de las gasolinas y los combustibles teniendo a PetroCaribe, sería la total liquidación y entierro de la clase media en el país.
Gravar a las Zonas Francas, el Turismo, las bebidas alcohólicas, con más del doble, es buscar la quiebra de estos sectores y el envío a otros mercados de estas fuentes productivas, como el desempleo masivo y casi nada de impuestos ni recaudación, que sería como dice el pueblo, “ ir por lana y salir trasquilado.”
Lo mismo ocurriría con el sector inmobiliario y los depósitos de ahorros, que la gente sacaría su dinero y lo compraría en dólares u otra moneda, como ventas masivas de viviendas y apartamentos para convertirlos en dólares, porque nadie resistiría la pobreza a que quiere el gobierno llevar al país en su desenfrenado camino de buscar más dinero en impuestos sin medir las consecuencias.
El PLD ha hecho cinco “reformas Fiscales de parches”, recaudando más de RD$700,000 mil millones de pesos y estamos en mucho peores condiciones, por el despilfarro, la dilapidación, la corrupción y la permisiva impunidad, ante el saqueo de los dineros del erario público.
El pueblo debe rechazar militantemente estos draconianos y abusivos impuestos, pudiendo el gobierno buscarle soluciones en una efectiva reducción del gasto público, de verdad, no dejando a los que han destituido en otras posiciones como ocurre, y también el envío a la justicia de los responsables de este desfalco “agujero fiscal”.
La solución está en el profundo recorte del gasto público y la renegociación de los contratos con la Barrick Gold y con los generadores eléctricos.