El nuevo mandatario Danilo Medina, con su peculiar forma de transmitir sus ideas con parábolas y proverbios hasta jocosos, contó en San Juan de la Maguana, una anécdota de dos gallegos que se habían encontrado un maletín y pensaban que tenía dinero, pero al abrirlo, lo que encontraron fueron muchas facturas, muchas deudas. Para concluir diciendo, que será el próximo año cuando podrá iniciar obras.
Lógicamente, es la forma de Danilo Medina decir el desastre económico e irresponsable que ha encontrado en las arcas del gobierno dejado por Leonel Fernández y sus funcionarios.
Como está claro, en su discurso de toma de posesión, que fue calificado por las mayorías como “muy bueno”, porque delineó una ruptura con el fracasado modelo de gobierno continuista y unipersonal de Leonel Fernández, que por muchos años, tres periodos de gobierno, se mantuvo negando el 4% para la Educación, como a resolver el analfabetismo, a combatir la corrupción, a resolver el problema energético, la inseguridad ciudadana, la pobreza, el eficiente apoyo a los productores y al turismo, como políticas para producir y generar empleos.
Y resulta, que Danilo Medina que se compromete con un cambio para enfrentar y resolver estos terribles males, lo que suscitó en las grandes mayorías del pueblo dominicano, una sensación del renacer de la esperanza perdida, de un aliento a romper la frustración en la gente. Que sin decirlo, reconoce los planteamientos que ha venido haciendo la comisión económica del PRD en el sentido de que Leonel Fernández deja los sectores productivos en la quiebra y la sociedad dominicana sumida en una profunda crisis económica, institucional, moral y social.
Pero después de los nombramientos del gabinete, todo se ha desvanecido y llenado de cierto pesimismo al comparar el discurso de Danilo y los decretos de su nuevo gabinete con una abrumadora mayoría de funcionarios muy cuestionados, que no satisfacen las expectativas de cambio que tiene el pueblo dominicano, porque legitiman el nepotismo, el tráfico de influencia, la no transparencia y la impunidad.
Existe una clara contradicción entre su discurso de toma de posesión y los decretos de los nombramientos, pues, no podrían ser agentes del cambio, quienes por muchos años han estado aplicando las políticas que Danilo Medina está criticando. Ya que son los funcionarios mas desacreditados y cuestionados por su incapacidad, insensibilidad y proclividades al disfrute de la riqueza, mansiones y casas de campo con todos los lujos, sacados del erario público.
Ante esta realidad se ha creado mucho escepticismo e incredibilidad, de “ ser más de lo mismo”, ya que también Leonel Fernández, siempre creó un espejismo, una falsa vestimenta de bienestar, pajaritos en el aire, presentando que vivimos en un paraíso con “crecimiento constante de la economía“, sabiendo el país, que sólo un grupito de altos dirigentes del PLD ligados a Leonel Fernández, como sus amigos muy cercanos se hacían millonarios y el pueblo en la más espantosa miseria.
Ya el pueblo no aguanta más discursos bonitos de promesas, el pueblo quiere solución a sus grandes y graves problemas, quiere “conocerlo por sus hechos”, tal como usted dijo en su discurso “Por sus hechos lo conoceréis”.
Enmiende rápidamente sus decretos de “más de los mismo”, para que la gente no vea en el Presidente Danilo Medina “que dice una cosa y hace otra”, presentando una imagen de un gobierno viejo y desgastado, cuando apenas inicia su gestión. Manos a la obra. Presidente