En general, el número de especies empieza a escasear de manera significativa a partir de los 4,500 metros de profundidad.
El medio, abisal, constante en cuanto a presión temperaturae intensidad luminosa, está poblado por una fauna –también uniforme- compuestas por especies con forma de adaptación similares, sin importar el océano en que viven.
Esta fauna es la más pobre de todas las que pueblan las distintas regiones del océano, aunque se compensa por su rareza y sus curiosas formas de adpatación.
El medio abisal cobija cierto número de “fósiles vivientes” (como el moluso monoplacóforo Neopilina, cuyos congéneres se estinguieron en su mayoría en la era Paleozoica).