Los defensores de esta postura dicen que no es posible pensar en términos del cuidado del ambiente sin tomar en cuenta las necesidades de los 6,000 millones de personas que consumen a diario comida, energía y materiales.
La idea de este desarrollo sustentable es cubrir estas exigencias en formas que no tengan un impacto negativo en el ambiente y por tanto en la salud de las personas y el planeta en que vivimos.