Ambas tienen muchos puntos en común, sus diferencias se basan en qué originó este evento.
La primera se apoya en una actividad volcánica intensa que después de millones de años produjo suficiente ceniza para tapar la luz solar, lo cual provocó un cambio climático que volvió al planeta un lugar inhóspito para los seres vivos; esta actividad pudo ser provocada por los movimientos tectónicos ocurridos al reorganizarse las placas continentales.
La otra teoría se basa en un nuevo evento extríseco de naturaleza externa al plantear que un objeto del espacio chocó con la tierra levantando sufiente polvo para provocar el cambio climático –punto en el que coinciden las dos teorías.
El cráter de Chicxulub en la penínsila de Yutacán fue quizá el lugar donde se produjo el impacto del asteroide con nuestro planeta.
La presencia de iridio en la superficie terrestre es uno de uno de los argumentos de esta teoría, pues este mal está contenido en grandes cantidades en los asteroides, sin embargo sus detractores afirman que la presencia de este elemento también puede deberse a la intensa actividad volcánica mencionada.
No hay evidencia concluyente para descartar alguna de las dos hipótesis, por lo mismo las investigaciones sobre este colapso ecológico continúan.