Esto porque sus tejidos contienen una gran cantidad de toxinas producidas por dinoflagelados, organismos micróscopicos unicelulares que se clasifican como protistas y que en muchos casos suelen encontrarse en la “marea roja” que contamina grandes zonas pesqueras.
Se conocen más de 400 especies marinas que acumulan ciguatoxinas.
Entre las más importantes están la barracuda, algunos pargos, el medrenal, el carite, mero y el pez perro.
Los síntomas de intoxicación ocurren a las pocas horas del consumo, y en ellos se incluyen vómitos y diarrea, mismos que desaparecen en algunas semanas aunque en los crónicos pueden durar más de un año.