Se basa en los principios establecidos por la dotrina del igualitarism biosférico de Arne Naess, que considera al ambiente como un todo al igual que a la humanidad, y posee los mismos derechos de supervivencia.
Esto ha servido como base para las plataformas políticas modernas y se cree que tiene sus raíces en conceptos primitivos.
Sus practicantes consideran que permite una visión más amplia de los problemas ambientales en el sentido de que, a diferencia de la ecología simple, que es una rama de las ciencias biológicas, la ecología profunda analiza de manera filosofíca el impacto de la humanidad en la naturaleza, crea una conciencia más fuerte y promueve la acción dircta para el buen manejo de los recursos humanos.