Las estructuras jerárquicas tradicionales han respondido casi exclusivamente al criterio masculino durante mucho tiempo por eso del nombramiento de Mujeres en Ministerios Relevantes y de poder en república dominicana como es el de Interior y Policía, es oportuna la ocasión para destacar la complejidad del ámbito laboral en instituciones tradicionalmente lideradas por hombres.
Aunque hay algunas razones que podrían explicar por qué algunos hombres pueden sentir incomodidad o resistencia ante la idea de ser dirigidos por mujeres, un caso común es la competitividad masculina donde los hombres muy a menudo se sienten impulsados a percibir a una mujer que los dirija como “difícil” cuando tratan a una mujer que no es sumisa lo ven como un desafío. Y para ellos el deseo de controlar a una mujer se convierte en una forma de competir y demostrar su dominio.
La sociedad ha perpetuado roles tradicionales de género, donde se espera que los hombres sean líderes y las mujeres sean seguidoras. Cuando estas expectativas no se cumplen, algunos hombres pueden sentirse incómodos o amenazados. Existen mitos que sugieren que las mujeres no tienen la fortaleza física o las habilidades necesarias para ciertos trabajos. Estos prejuicios pueden afectar la percepción de los hombres sobre el liderazgo femenino en el ámbito laboral.
He visto con frecuencia como algunos hombres pueden sentirse inadecuados emocionalmente hablando en casos como este. Pienso que la idea de ser dirigidos por una mujer podría activar estas inseguridades culturales y de resistencia al cambio, he visto esa actitud en compañeros de trabajo y también la capacidad que tienen los hombres para respaldarse cuando ven que sus intereses podrían ser afectados.
La evolución hacia un ambiente laboral más inclusivo y equitativo es fundamental para el progreso social y económico. Esto a propósito de nombrar a una mujer en el Ministerio de Interior y Policía, Faride Raful un campo reservado y dirigido casi siempre por hombres desde su creación misma. Solo dos Mujeres han ostentado esa dirección la primera fue Rosa Julia de Cruz Santana en el 1980 nombrada por el entonces presidente Antonio Guzmán Fernández. Es importante recordar que estas razones no aplican a todos los hombres, y muchas personas valoran la diversidad y la igualdad de género en el lugar de trabajo.