El miedo es parte del juego de control que ejercen los poderosos para mantener un sector o toda una población sumisa, dependiente y con mayor control. Históricamente los líderes y gobiernos han utilizado el miedo para influir en las masas, movilizar recursos o justificar acciones controvertidas.
El miedo como control social es una estrategia que se ha utilizado a lo largo de la historia para contribuir y manipular el comportamiento de las personas dentro de una sociedad.
Se impulsa usando el poder legislativo creando leyes y políticas que generan temor más allá del orden establecido procurando la obediencia sin razonamiento lógico, la cultura del tránquenlo y después hablamos, control en las redes sociales y los que están para responder a cualquier comentario que consideren lesivo a intereses particulares.
Más preocupante aún son los medios de comunicación masiva que pueden ser utilizados para difundir mensajes que insuflen miedo sobre ciertos grupos, situaciones o eventos con el objetivo de desviar la atención de problemas importantes o justificar acciones drásticas.
Las doctrinas religiosas cuando usan el castigo divino, la condenación eterna para mantener la moralidad y de igual modo la familia con la educación familiar desde una edad temprana, las normas y valores sociales se inculcan mediante el miedo a la desaprobación, al castigo o al fracaso, moldeando así el comportamiento de los individuos.
El miedo a conflictos o movimientos sociales puede ser utilizado por aquellos en el poder para reprimir a la oposición o a disidentes a través de la intimidación y el uso de la fuerza.
No es posible, es una emoción primaria que se manifiesta en todos se use como mecanismo de control.