Allí hace más de 30 años funcionó una moderna escuela hotelera, pero una vez la administración de dicho hotel decidió cerrar El Montemar, desapareció la esperanza de cientos de jóvenes de la región de Puerto Plata y parte del Cibao, de convertirse en profesionales del turismo y la propia hotelería.
Ahora el hotel Montemar está convertido en un centro de criaderos de alimañas, entre ellos, ratas, murciélagos, cacatas, cucarachas, avispas y otra clase de insectos perjudiciales para la salud humana.
El hotel Montemar fue entregado en los años 70 por el entonces Presidente Joaquín Balaguer, por el valor de un RD$1.00 simbólico en administración a la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), con el propósito único y exclusivo de que se mantuviera abierta la Escuela Hotelera en Puerto Plata.
Incluso, en el contrato que se firmó entre el Estado y los ejecutivos de la PUCMM, encabezadas por su rector, monseñor Agripino Núñez Collado, se estipula que este inmueble no podía arrendarse ni traspasarse a segundas personas, pero esto no se cumplió porque años después el hotel Montemar fue arrendado a una compañía española para el manejo de la empresa turística.
De esta manera se anuló (desapareció) la escuela hotelera, mientras la PUCMM sacaba jugosos beneficios económicos al arrendamiento que hizo del hotel Montemar a la empresa española que lo operó durante más de 10 años como hotel hasta que decidió cerrar sus operaciones años más tarde alegando perdidas económicas.
Hasta hace unos años representantes de las “fuerzas vivas”, entre ellas, el poder político, social y económico de Puerto Plata, propugnaban porque el hotel Montemar sea recuperado por el gobierno, a fin de que allí se ponga a funcionar a través del Ministerio de Salud Pública, un moderno hospital materno infantil, pero hasta ahora esos intentos han sido fallidos por la oposición que hacen los ejecutivos de la PUCMM con su rector a la cabeza, monseñor Núñez Collado.