En los últimos meses, se han levantado voces preocupadas por el trato que reciben los haitianos por parte de la Dirección General de Migración. Se ha señalado que, en ocasiones, tras ser apresados y pagar sumas de dinero considerables, los migrantes son liberados.
Se han reportado incidentes donde los oficiales ingresan a los hogares y se llevan consigo objetos de valor, sin considerar el daño que causan en el proceso. Estas acciones generan comparaciones inquietantes con episodios históricos de persecución.
Es lamentable ver cómo estas acciones afectan a personas que simplemente buscan trabajar y vivir con dignidad. Incluso aquellos que tienen todos sus documentos en regla no parecen estar exentos de estas prácticas.
Es necesario invitar a reflexionar sobre cómo nos gustaría que trataran a nuestros seres queridos en situaciones similares y aplicar esos mismos principios de humanidad a los migrantes haitianos que residen legalmente en nuestro país.
En ciertas provincias, como Puerto Plata, esta problemática adquiere dimensiones preocupantes.
Esperamos que las autoridades pertinentes tomen medidas para abordar estas situaciones, recordando siempre el valor de la empatía y el respeto hacia todos los individuos, independientemente de su origen o situación migratoria.