Brisas del atardecer de ayer, que ya no han de volver: Tiernos pensamientos y reflexiones que pulsa nuestros corazones en la hora cumbre del infinito del tiempo.

Muchas veces al llegar Navidad, “nos llenamos de alegrías, pero también de melancolías, lloramos  desconsoladamente el tiempo que ya pertenece al pasado.

Fracasos, triunfos y decepciones, es el desfile que ha de acompañarnos cuando muere cada tarde en el ocaso de muchos días sin noches y sin sol.

Ya es Navidad y se aproxima un Nuevo Año y en la ribera del tiempo lagrimas inocentes lloran amargamente la triste nostalgia que inspira la pobreza.

¡Cuanto dolor y llantos en el seno de los que nada tienen !.

Niños que sufren las penurias a que la vida los empuja. Niños abandonados a su propia suerte, maltratados y olvidados como simples despojos humano.

Sin embargo, esos niños, con todas sus penas y dolores también tendrán Navidad.

También tendrán sueños e ilusiones, porque también ellos son nuestros hermanos del alma.

¡Feliz Navidad!. ¡Feliz Año Nuevo!. Y que Dios nos ilumine, “nos de salud y paz”.