Al iniciar el mes de la Patria, no puedo dejar de resaltar que con la "degradación familiar" que vivimos hace mucho tiempo he observando la suplantación de los anti-valores por encima de los buenos valores, dando paso a la creación de nuevas costumbres y normas mientras otras que fueron la esencia para la sana y ordenada convivencia en sociedad, han ido desapareciendo.
Teníamos una clase artística como ejemplo de compromiso social que con sus voces, poemas al igual que con su música denunciaban las distorsiones así como los abusos que se cometían contra la colectividad y, en favor de grupos opresores y aprovechados.
Mientras en aquellos tiempos escuchábamos canciones románticas y otras de gritos de alerta de malestar social como: "Desiderata", "Terra-Teniente", "Todos Somos Iguales", "A Mamá y Papá", "Criolla a Tí","Es Mi Viejo", "Perdone Tio Juan", "Que Pasa en el Mundo", "En las Casas de Cartón", "Cristo al servicio de Quién"; "El Breve Espacio en que no Estás", "Yolanda", "Caminante no hay Camino", "Lucía"; hoy escucho "joyas" como: "Menea la Chapa", "Soy la Perra de tu Marido", "La Silla", "La Mamá de La Mamá ", "Juidero", "Lupita", "Ella no es Tuya", "Te la Parto", "Chivirika" y, nada pasa.
Lo más triste es, que para las nuevas generaciones : Jorge Lavat, Ramón Leonardo, Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, Joan Manuel Serrat y otros grandes exponentes de la buena música, simplemente es como si nunca existieron.
Parte de esas generaciones son las mismas que creen merecerlo todo sin hacer ningún esfuerzo ni sacrificio y, peor aún, están trayendo al mundo por genética descendientes más degradados.
Un alto porcentaje de ellos son los que transformados en pandilleros y organizados en peligrosas pandillas mantienen en zozobra a las diferentes colectividades donde interactúan y desarrollan sus actividades delictivas.
Algunas de esas actividades pueden ser: distribución de sustancias prohibidas, sicariato, prestar sus nombres para ser usados en el blanqueado de activos, el delito digital en sus diferentes formas, asaltar a mano armada desde indefensos ciudadanos hasta instituciones financieras y bancarias al igual, que grandes y pequeños negocios.
Es por eso que ya se nos ha hecho paisaje el que individuos sin ningún historial en el mundo de los negocios o empresarial, de repente aparezcan liderando emporios que aunque no se nota el volumen de ventas, sí manejan grandes sumas de dinero para pagar exorbitantes montos de impuestos sobre la renta.
Ante este cuadro, como familia debemos hacer un alto en el camino y reflexionar en qué tramo de este fue que perdimos el control que nos hizo descarrilar y, como sociedad nos corresponde investigar las causas que originaron tal situación para hacer los ajustes de lugar y enderezar, antes de que se haga más tarde.
Debemos preguntar a nuestras autoridades cuáles planes de prevención se están trabajando con las "familias" para evitar que los jóvenes que aún nos quedan sanos no se nos contaminen además, cuáles son los que están en ejecución para sacar del abismo a aquellos que ya están perdidos pero, que aún son rehabilitables.
¡Si algo podemos hacer, hagámoslo ahora!