Siempre había tenido la convicción de que las Juntas de Vecinos y su Federación eran los instrumentos que les quedaban a las comunidades para hacerse sentir, ser tomadas en cuenta y canalizar sus necesidades, que siempre están a la vista pero parte de sus dirigentes no se hacen respetar y las autoridades de ayer y las de hoy sólo las ven como un puente para ser utilizados cuando tienen algún interés particular.
Esos importantes instrumentos para la consecución del logro de mejores niveles de vida para sus integrantes deben ser dirigidos por personas con vocación y formación para servir a sus semejantes; sin esperar nada a cambio.
Los verdaderos Líderes Comunitarios siempre están prestos a escuchar y acompañar a sus representados en la búsqueda de soluciones a situaciones que afectan a las familias y/o, a las comunidades en sentido general.
Dentro de la misión del liderazgo comunitario está: acercar sus comunidades entre sí y mantenerlas en contacto con las autoridades locales y nacionales, acompañar y representar en todo momento las comarcas bajo su responsablidad, fomentar el crecimiento integral de sus comunidades, acompañar a las familias e instituciones que representan, ser veedores de las situaciones existentes en su entorno para proponer a las autoridades correspondientes su mejora y/o soluciones, fomentar el liderazgo comunitario responsable y la creación de sistemas funcionales que mantengan en constante evolución a sus colectivos, impulsar la formación en oficios técnicos, promover la alfabetización y el cuidado al Medio Ambiente, entre otros.
A pesar de que las personas con algún nivel de Liderazgo Comunitario son codiciados por los dirigentes y partidos políticos, estos deberían mantener su nivel de neutralidad para representar bajo un marco digno y ético a sus comunidades, aunque no podemos olvidar, que son seres humanos, que tienen deberes y derechos.
Hasta hace un tiempo los dirigentes de las Juntas de Vecinos y los de su Federación, aunque con su simpatía politíca habían guardado las apariencias, hasta que se quebrantó y se quebró la institucionalidad al colocar en manos de los "Dirigentes Políticos" un patrimonio social y comunitario, que con mucho esfuerzo crearon y sostuvieron los reales líderes de ese importante sector.
Cuando el Dr. José Francisco Peña Gómez tuvo la visión de sugerir la formación de esos "instrumentos de representación y proponentes de soluciones" a través del "Presupuesto Participativo", nunca imaginó que estos serían tan codiciados y, en ocasiones asaltados por inescrupulosos "políticos".
Entiendo que próximamente, deberán abocarse a realizar elecciones de la Federación de Juntas de Vecinos y, guardo la esperanza de que los delegados de las Juntas de Vecinos con derecho a votar, sin importar el color político por el que simpaticen, se comprometan a seleccionar reales dirigentes comunitarios y no a políticos impuestos por los diferentes Partidos.
La Federación de Juntas de Vecinos en una actitud de pura comunidad deberá solicitar a nuestra Senadora y Diputados, ser escuchada y entregar su contrapropuesta de los puntos que en el proyecto de Modernización
Tributaria entienda que impactan y afectan de forma negativa a las familias que ellos representan.
Sólo debemos analizar la ampliación de la base impositiva del ITBIS, donde se grabarán productos de primera necesidad que consumen los diabéticos, hipertensos, entre otros, dentro de esos podemos mencionar: los guineitos, los ñames, la yautía, zanahoria, berenjenas, las verduras, frutas de producción nacional, entre otros; la modificación de nueve a cinco millones de pesos la base del Impuesto a las Propiedades Inmobiliarias (IPI) que si se permite, golpeará a personas que con préstamos y sus prestaciones laborales inclusive, han logrado construir un techo digno para vivir con sus familias y, ante la imposibilidad de pagar el 1% sobre el valor imponible, podían perderlo a mediano plazo.
Es responsabilidad de las Instituciones organizadas de la Sociedad Civil y la Federación de Juntas de Vecinos es una de ellas, hacerle entender a nuestras autoridades que el colectivo requiere que lo representen pero no que lo aplasten.