Algunos años atrás, el narco del sur condenado en Estados Unidos, después de haber cumplido su pena, regresó casi triunfante a República Dominicana a reclamar sus derechos en propiedades inmobiliarias y efectivo.
Hoy es el exbanquero que amenaza con aclarar las cuentas. Según el Banco Central, la deuda actual acumulada de la debacle, ronda los 74 mil millones de pesos dominicanos y los activos liquidados solamente 16 mil millones. El resultado es que el banquero aún adeuda 58 mil millones.
Todo ello sin contar, según la institución rectora de la política monetaria de la República Dominicana, con la suma a la que fue condenado en daños y perjuicios, la cual asciende a más de 63 mil millones de pesos y que tampoco ha sido pagada.
Las autoridades han dado un paso al frente, explicando mediante un espacio pagado en diarios de circulación nacional, la situación real de esos números macabros, a los fines de contrarrestar el tour mediático llevado a cabo en los últimos días por el exbanquero.
Quien lo escucha con atención en la entrevista concedida a CDN, es capaz de convencerse de que es una mansa paloma y hasta habría que canonizarlo.
El mal precedente es nocivo para las sociedades organizadas. El decomiso total ha de imponerse, debe ser parte del régimen de consecuencias.