Juana, la loca: un personaje del folclor puertoplateño (1 de 2)

Ultima Actualización: jueves, 26 de mayo de 2022. Por: juan ventura

Por: Juan Ventura

Si les damos una hojeada a la historia dominicana, veremos que al sepelio del Fundador y Padre de nuestra República, Juan Pablo Duarte solamente asistieron diez personas en Venezuela, en 1876. Así mismo sucedió con el héroe, patriota y combatiente puertoplateño de las dos intervenciones norteamericanas de 1916 y 1965, Gregorio Urbano Gilbert, en 1970. También con el historiador y biógrafo puertoplateño, Rufino Martínez., en 1975.

Ya no veremos a Chery pernoctando por las áreas de la Plaza Independencia, calle José del Carmen Ariza, Mercado Municipal, Sindicato de Estibadores Portuarios y Arrimos y el antiguo edificio del Tribunal de Tierras de Puerto Plata.

Juana Vargas del Rosario como era su verdadero nombre. Fue una mujer sumamente elegante y con un atractivo cuerpo femenino. En sus primeros años de juventud atrajo a una gran cantidad de hombres adinerados por su belleza y exuberancia al vestir. Era bailarina y ejerció la profesión más vieja de la humanidad como lo es la prostitución. Sacó pasaporte y viajó en varias ocasiones a Curazao para ir a ejercer la prostitución allí.

Nació en el sector La Rigola (hoy Eduardo Brito), Puerto Plata el 24 de junio de 1910, hija de los señores Pedro Vargas (a) pegolo, uno de los fundadores del Sindicato de Estibadores Portuarios y Arrimos de Puerto Plata y Alcalde Pedáneo de La Rigola y de doña Bernardina del Rosario, ama de casa. Además, procrearon los hijos: Balbina, Candita (vivió por muchos años en Santo Domingo y allí la visitaba Juana), Cecilio (fue boxeador), Hilda, Inés y Pedro (pegolito, era boxeador). Juana Vargas vivió en aquel sector por muchos años y no fue alfabetizada e igualmente sus hermanos, por los exiguos recursos económicos de sus padres.

Conoció a Vinicio Vargas y se juntaron en pareja y tuvieron un hijo de nombre Vinicio (a) Vinicito, éste falleció a temprana edad.

A partir de la separación de Juana Vargas y su pareja, ella se lanzó a las calles a ejercer la prostitución y llevó una vida totalmente desorganizada y cayó en la bebida alcohólica. A los años se convirtió en una enferma mental. Se ha dicho que le echaron un mal.

Sus familiares las abandonaron e ignoraron para siempre. A partir de ahí comenzó su vía crucis de pasearse por las calles de la ciudad de Puerto Plata y dormir en cualquiera galería. Murió como vivió en el triste desamparo de la pobreza y fue sepultada como una mendiga.

A través de la historia siquiátrica, hemos tenido a muchas celebridades y genios de las letras, políticas, músicas, profesionales, músicas, pinturas, etc., que al final de su vida se han convertido en enfermos mentales, como los siguientes: uno de los fundadores de La Trinitaria Juan Isidro Pérez,  el barítono y cantante Eduardo Brito, la poetisa Altagracia Saviñón, la primera médica dominicana Evangelina Rodríguez Perozo, el caricaturista Benito Procopio Mendoza, el cuentista y escritor Edgar Allan Poe, el héroe y patriota Restaurador Domingo Guzmán, y otros tantos…