Hasta la vista mascarillas

Ultima Actualización: jueves, 17 de febrero de 2022. Por: Luis Henriquez Canela

Sin dudas, la pandemia sacó a relucir temperamentos obtusos, algunos con pensamientos obsesivos. Rostros a los que se le sospechaba cierto grado de inteligencia al final resultaron en simples fachadas.

Con el anuncio del presidente Luis Abinader, instruyendo la suspensión de todas las restricciones que tienen que ver con la pandemia, se le pone un punto final -ojalá sea de manera permanente- a una de las épocas más oscuras de la historia reciente.

 

Los detractores de las vacunas lucen contentos, para ellos es una muestra más de la farsa montada por los propulsores del “nuevo orden mundial”.  Para ellos comenzará, a partir de ahora, la segunda versión del “juicio de Núremberg” contra los que inventaron ese disparate.

 

Por otro lado, los inoculados estamos jodidos; en poco tiempo, se nos caerán hasta las pestañas. La reducción de la población mundial es una realidad. Se cumplió el vaticinio que años antes había hecho Bill Gates, en el sentido de que una gran peste azotaría la humanidad, reduciendo de manera considerablemente la vida.

 

Sin dudas, la pandemia sacó a relucir temperamentos obtusos, algunos con pensamientos obsesivos. Rostros a los que se le sospechaba cierto grado de inteligencia al final resultaron en simples fachadas. Se produjeron incontables discusiones en torno a teorías conspirativas. Inclusive, para coronar, hubo algunos sosteniendo que la tierra era cuadrada y que el hombre nunca había ido a la luna.

 

En medio del dolor y el espanto, los disparatados argumentos de esos conspiradores a rajatablas, discípulos de un ex presidente norteamericano, nos hicieron reír a carcajadas.

 

Lo cierto es que la naturaleza hizo su papel y sea que las vacunas hayan servido o no, fueron un gran aliciente en el momento en que estábamos desesperados.

 

Aún queda Covid, no se ha marchado y según han indicado los expertos no se ira tan fácil. Lo que queda es continuar cuidándonos, no descuidarnos. Hoy es un día histórico; lo celebro con entusiasmo, pero con cordura.