El azar de la historia, la emoción y el triunfo de Donald Trumph-XI

Ultima Actualización: martes, 20 de diciembre de 2016. Por: Angel Artiles Diaz

Con la unión de todos los sentimientos, individualidades e ideas, que dejaron de ser particulares, se forma circunstancialmente, el alma colectiva.

Con la unión de todos los sentimientos, individualidades e ideas, que dejaron de ser particulares, se forma circunstancialmente, el alma colectiva, con  tipologías muy puntualizadas, que llevan a la conformación de una “masa psicológicamente organizada”. Estructurándose de esa maneraun solo ser colectivo sometido a la ley psicológica de la unidad mental de las masas”.

 

Gustave Le Bon, aclara que por el azar de un acontecimiento en el que muchos individuos se coincidan casualmente “unos junto a otros no les atribuye las características reveladoras de una masa sociológicamente ordenada. Si por casualidad coinciden algunos miles de sujetos en una terminal aeroportuaria en la que se han suspendido los vuelos por tormentas imprevistas, la finalidad de viajar, aunque sea determinada, no concretan en definitiva una masa psicológica.

 

Es necesaria “la influencia de determinados excitantespara que la masa alcance las apropiadas características específicas que la estructuren como fuerza social.

 

Aclara además del hecho de que la disolución de la personalidad consciente y la alineación de los sentimientos y pensamientos en una misma interpretación o dirección, considerados como “los primeros rasgos de la masa en vías de organizarse, no implican siempre la presencia simultánea de varios individuos en un mismo lugar.” Gustave Le Bon

 

Un elemento excitante que podría influir en una multitud formada por sujetos disociados entre sí, en un delimitado momento y bajo el empuje de ciertas emociones violentas (un golpe de Estado, por ejemplo), puede generar  los rasgos de una masa psicológica.

 

Los acontecimientos que trastornan la rutina del diario vivir, une las masas y las impulsa a adoptar una conducta que se traducirá en un acto de masa. No necesariamente debe haber visible aglomeración, toda una comunidad puede ocasionalmente convertirse en masa, siempre que exista la influencia apropiada.

 

Hay catálogos de frases, lo difícil es encontrar la apropiada para dar en la diana del sentimiento y la emoción, hay especialistas en la materia, provistos de habilidades para explotar el subconsciente con toda clase de recursos propagandísticos, hasta de sucia ralea.  Los slogans (estribillos) y frases para la publicidad política no son elaborados  para proporcionar concepciones acerca de los objetos que determinen una actitud. Paradójicamente, el propósito comunicacional de las frases y los slogans solo busca incitar sentimientos para provocar emociones, que redunden en actitudes inducidas.

 

Si bien es cierto que científicamente, la información cognitiva se utiliza para transformar actitudes, no menos cierto es que la información afectiva sirve para  persuadir. Mismo efecto producen las creencias míticas, tanto en la esfera anodina o superficial como en el campo de lo ordenado, metódico y sistemático.

 

Sentimientos, estados de ánimo y emociones son sinónimos en el ámbito de los estados mentales, todos pueden predisponer las actitudes desarrolladas con más o menos reflexión.

 

La persuasión que nace en las emociones proviene de un procesamiento superficial, lejos de la elaboración racional que exige  la información cognitiva. Basta una imagen atractiva, agradable; basta una frase de fácil recordación y subjetivamente impactante: “¡ E´ pa´ lante que vamos !

 

Por lógica racional, por instinto animal, por instinto de supervivencia, todo ser vivo propende a ir para adelante, es la lógica del camino; pero ¿para dónde vamos?   Ninguno de los componentes de la masa se detuvo a preguntar, ni a pensar ¿a buscar qué?  Esa frase hueca, fue utilizada con mucho éxito por un partido neoliberal de centro derecha que hace vida en una media isla del Caribe.

 

¡ E´ pa´ lante que vamos !” caló y fecundó en el subconsciente colectivo de la hambreada nación  y produjo las emociones procuradas por los diseñadores del marketing,   creó un complejo superioridad en la masa manipulada y no dejó alternativa de contrarrestar a los contrarios, porque es una frase totalizante, terminante, definitiva. Una frase de difícil revancha.