El azar de la historia, la emoción y el triunfo de Donald Trumph-VII

Ultima Actualización: miércoles, 14 de diciembre de 2016. Por: Angel Artiles Diaz

Como solución al conflicto se firmó el Tratado denominado Paz de Praga, que en su Artículo V, estipulaba la obligación de Prusia a organizar un referéndum en un plazo de seis años.

La  Guerra de los Ducados, en  1864 dejó como resultado que el ducado danés de Schleswig se incorporara al Reino de Prusia junto a las provincias de Holstein y Lauenburg.

Como solución al conflicto se firmó el Tratado denominado Paz de Praga, que en su Artículo V, estipulaba  la obligación de Prusia a organizar un referéndum en un plazo de seis años para dar a las habitantes de Schleswig la oportunidad de volver a la soberanía danesa. Durante 50 años ni Prusia ni el Imperio Alemán cumplieron con el Tratado y, fue Alemania en  1919, que se vio obligada a aceptar la celebración de la consulta popular tras su derrota sufrida en la Primera Guerra Mundial.

Los acontecimientos narrados anteriormente, favorecieron a los nazis que lograran un buen posicionamiento en la credibilidad y respetabilidad de la sociedad alemana gracias a su participación activa en la campaña emprendida por la derecha en 1919, denominados “Los plebiscitos de Schleswig” que se ejecutaron en dos votaciones populares organizadas según lo acordado en la sección XII, Artículos 109 al 114 del Tratado de Versalles, del 28 de junio de 1919, con el objeto de fijar la futura frontera entre los estados de Dinamarca y  Alemania, atravesando el antiguo Ducado de Schleswig. El proceso fue supervisado por una comisión de representantes de Francia, el Reino UnidoNoruega y Suecia.

También  favoreció al fortalecimiento del nazismo, su oposición  al Plan Young, que fue un programa concebido para calendarizar  los pagos que debía hacer Alemania por concepto de reparaciones de daños y perjuicios causados a los aliados en la Primera Guerra Mundial, adoptado formalmente en 1930.

El Plan Young fue presentado por un comité encabezado (1929-1930) por un industrial americano llamado Owen D. Young, creador y ex primer presidente de la Radio Corporation of America (RCA), que servía al consejo de administración de la Fundación Rockefeller, también fungió como representante de los que participaron   en el arreglo de reestructuración y reparaciones de los daños y perjuicios provocados durante la Primera Guerra Mundial por aplicación del Plan Dawes de 1924, en la Inter Comisión de Reparación, se estableció una suma para la reparación por un total teórico de 132 mil millones, pero un total práctico de 50 mil millones de marcos oro

Podemos ir afirmando que la gran depresión pero versión alemana, fue un factor determinante de la victoria electoral de Adolf Hitler, que constituye otro ejemplo de triunfo basado en circunstancias históricas.

Nótese con los datos que ofrecemos a continuación, que el Partido Nazi, no las tuvo siempre consigo: En 1928, el nazismo solo tenía 130 mil miembros. Solo consiguieron 12 escaños (2,6% de los votos) en el Reichstag. Por provincias, los mejores resultados se obtuvieron en Baviera (5,11%), y otras tres zonas, no llegaron al 1% de votos. En marzo de 1929, representado por Erich Ludendorff, en las elecciones presidenciales,  el partido nazi, y consiguió 280 mil votos (1,1%) y fue el único candidato en obtener menos de un millón de votos.  

Otro acontecimiento fortuito que favoreció el ascenso al poder  de los nazis, fue su himno.

En 1930, unos meses después de que Horst Wessel, activista nazi, sostuvo una acalorada discusión con la dueña de la casa donde él habitaba, lo que motivó que ésta, hablara con Albert Hochter, un amigo que tenía en el Rotfront  (Frente Rojo), una organización paramilitar asociada con Partido Comunista Alemán (KPD). Hochter mató a Wessel  a balazos. Este último, meses antes de morir, había escrito una canción, la que fue publicitada durante las dos o tres semanas que duró su velorio, convirtiéndose en  el himno nazi, el “Horst-Wessel-Lied” y los nazis, con Goebbels a la cabeza, aprovecharon el funeral para hacer propaganda anticomunista.  

Cuando hay inestabilidad política,  hay espacio para que un líder ejercite su carisma, si lo tiene, o construya y proyecte una imagen pública, Adolf Hitler tenía ambas cualidades, el ambiente era fecundo para la propaganda, la Weimarer Republik, sirvió de terreno para cultivar sobre el anhelo de consolidación del poder y de  la unidad nacional, a la sombra del persuasivo material de abundantes visuales, de calculadas apariciones públicas cargadas de histrionismo y parafernalia, sirvieron para crear el “culto al Führer.