Más allá del discurso

Ultima Actualización: jueves, 22 de enero de 2015. Por: Ramiro Francisco

Temas expresados otras tantas veces en diferentes ocasiones. Luego del discurso, ¿Qué?

Los sermones realizados por Obispos y sacerdotes durante la celebración del Día de la Altagracia, pone de manifiesto el no concenso entre esos actores acerca de la situación sociopolítica que vivimos los dominicanos.
 
Por solo citar tres de ellos, el Cardenal López Rodríguez pidió a la Madre del Señor proteger al pueblo y librarlo de los crímenes, fruto de una gran descomposición social.
 
“Que a través de su patrocinio sobre este pueblo que la ama, que la venera, que siempre la ha querido, que no permita que todos estos bandoleros, criminales, atracadores, violadores continúen haciendo fechorías en todo el país”, expresó el Purpurado durante la Misa en la Catedral.
 
Se le olvidó al Cardenal, incluir en ese listado, a los gobiernos y funcionarios corruptos que tanto daño han hecho y hacen a la sociedad dominicana.
 
Mientras que el Obispo de la Diócesis de Higuey, Mons. Nicanor Peña, clama por el estrechamiento de la brecha social que separa a ricos y pobres de la República dominicana.
 
Se le olvidó por igual a Mons. Peña decir a los feligreses presentes, las causas por las que permanece esa brecha de desigualdad social en nuestro país.
 
Un discurso o sermón diferente, fue el pronunciado por el sacerdote …….Bodenlle, de la parroquia San Pable Apóstol,de  Santo Domingo, “acusó ayer a los gobernantes dominicanos y a la propia Iglesia Católica de traicionar los principios básicos fundamentales para lograr una sociedad más humana, vivible, solidaria y menos corrupta”.
 
Es más, va más lejos este distinguido sacerdote cuando afirma que “si el profesor Juan Bosch y José Francisco Peña Gómez se levantaran, tomarían un látigo y echarían para fuera a quienes traicionaron sus principios, incluido el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, los obispos y a él mismo”.
 
Son buenos esos discursos. Al menos, la raíz central de los mismos. La preocupación por los niveles de pobreza.
Temas expresados otras tantas veces en diferentes ocasiones. Luego del discurso, ¿Qué?
 
Debieran asumirlo, como cuando lo hicieron con el tema del aborto, que hasta tuvieron el respaldo de sus hermanos evangélicos.
 
Marchas, vigilias, encendido de velas, visita al congreso….sermones en las diferentes capillas del país.
 
Podemos siquiera imaginarnos el tremendo entusiasmo que despertarían en sus fieles si viéramos a sacerdotes, Obispos, Reverendos, diáconos, pastores, marchando junto a su feligresía repudiando la corrupción, la impunidad, las injusticias, la inseguridad ciudadana…
 
Buenos los sermones. Mejor, si se pusiera en acción esas demandas dando  pasos más allá del discurso.