Sucedió en la capital dominicana. Este primer domingo de diciembre, los periódicos impresos y digitales, así como algunos programas o noticiarios de televisión y radio, nos dieron a conocer un hecho por demás desagradable, en el que un conductor parecía competir con la ambulancia que cumpliendo con su trabajo, le solicitaba por altavoz, le permitiera avanzar en su recorrido.
El conductor no se dio por aludido, y aunque en su trayecto encontraba muchos vehículos debidamente estacionados a la derecha para dar paso libre a la ambulancia, nunca se detuvo y siguió su camino a alta velocidad.
Reportado el caso, las autoridades de la DIGESETTE, realizaron investigaciones al respecto, y dieron con la residencia del insensato, lo detuvieron para los fines de ley, y le incautaron el carro que conducía.
¿Qué va a pasar en lo adelante? Lo desconocemos.
Lo que sí deseamos, es que conforme a la ley, este sea sancionado. Leemos que en el ejercicio de la Medicina en todas sus áreas, el factor tiempo es importantísimo.
Cuando una ambulancia transporta un herido, lo hace a cierta velocidad con el fin o propósito de no perder el tiempo.
La terquedad e imprudencia de muchos de nosotros al manejar nuestros vehículos, puede costarle la vida a la persona que transporta el vehículo de rescate o a quien ellos acuden para auxiliarle.
Sucedió en la capital. Sucede en cualquier parte del país y nuestra amada ciudad de Puerto Plata, no escapa a esas acciones negativas.
Es como si quisiéramos probar la alta velocidad que desarrolla nuestro vehículo, al competir con una ambulancia. Demostración de tozudez, altanería y arrogancia.
Un simple y pequeño volante puede servir de alerta y despertar para todos. El mensaje lo diseña usted. Puede ser: Permite pasar la ambulancia, detente a la derecha cuando escuches la sirena. Colmado Chuchi.
Una promoción que ayuda tu pequeña o gran empresa y deja un mensaje de advertencia.
Otro: Al detenerte y dejar que pase una ambulancia, puedes salvar una o varias vidas. Fulanito…candidato a-...por el…
Ideas, creatividad que su asesor empresarial o político puede ayudarle. Desde el Estado lo mismo y mucho. Charlas y conversatorios en los mismos sindicatos y pequeños escritos llamando la atención para ser entregados a los conductores en las calles.
¿No volverá a repetirse? ¡Quién sabe! Las consecuencias dejan huellas.