Política y mentira

Ultima Actualización: viernes, 09 de febrero de 2018. Por: Ariel Heredia Ricardo

Se miente y se habla sin mesura. A pesar de las hemerotecas y de las evidencias.

En nuestra República Dominicana la mentira y la política suelen caminar juntas, son compañeras de viaje y no se estorban. Hay que mentir bien y conseguir que haya siempre un punto de verdad que esconda la mentira.

 

Se miente y se habla sin mesura. A pesar de las hemerotecas y de las evidencias. La política es como el periodismo. Lo que se dice hoy se puede corregir en la edición de mañana. Y si la mentira o falsedad no se puede disimular se publica una fe de erratas y aquí no ha pasado nada.

 

Casi siempre la mentira y la política son buenas compañeras. Parece, sin embargo, que los políticos de hoy mienten con torpeza y, seguramente, a no pocos haría bien recordarles las recomendaciones del señor Swift en su libro de sátira. En el párrafo siguiente dejare el nombre del libro, para ver si se animan los políticos mentirosos de nuestro país.

 

Un Arte de la Mentira política fue un excelente libro publicado en el siglo XVIII por Jonathan Swift, realmente no era un libro sino una oferta de suscripción  a dos volúmenes de próxima publicación bajo ese mismo título. Era el siglo de las luces y mientras en Francia se intentaba cambiar el mundo preparando la Revolución de 1789, en Inglaterra se aplicaba la ironía pensando en su revolución, la Gloriosa de 1688, que construyó el estado moderno sin romper las viejas tradiciones y recogiendo aquellos aspectos del pasado que podían ser aprovechados.

 

Ahora Bien, es cierto que la mentira política se vive en todos los sistemas del mundo. El político miente como podemos mentir todos. Lo que ocurre es que la mentira política tiene efectos más devastadores porque se miente a toda una sociedad.

 

La mentira crea desconfianza, distanciamiento, desasosiego. Un mentiroso en política hace un daño tremendo. Cuando un político niega la evidencia pierde credibilidad y pierde votos. Aunque sea a la larga.

 

Hay que poner un límite a la mentira política. Una forma es contrastarla con la realidad. El que mejor y con más eficacia se dedicó a combatir la mentira política fue el presidente Lincoln. No se refirió a los límites morales de la mentira sino de lo que puede ser desmentido por la realidad.

 

Su célebre frase sobre la mentira política todavía resuena en los gobiernos y parlamentos de todo el mundo. Se podría enmarcar: “Es posible engañar a unos pocos todo el tiempo. Es posible engañar a todos un tiempo. Pero no es posible engañar a todos todo el tiempo”.