Llevan el mismo nombre, estudiaron en la Facultad de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). El padre, un apasionado de las luchas sociales y las matemáticas; el hijo, un experto en temas urbanísticos.

Amín Abel Santos no conoció a su padre. Una bala disparada por las fuerzas policiales, en el segundo periodo de gobierno de Joaquín Balaguer en 1970, le robó la oportunidad de llamarle papá a Amín Abel Hasbún, un joven dirigente revolucionario de la época.

Desde su despacho, en la Dirección de Planeamiento Urbano del Ayuntamiento del Distrito Nacional, Abel Santos conversa con elCaribe de su visión de ciudad del siglo XXI y nos cuenta de su trayectoria y servicios para el Estado dominicano.

Aunque tiene vastos conocimientos en temas urbanísticos, no presume de la inteligencia de su padre, quien se graduó Summa Cum Laude en ingeniería civil en la universidad estatal.

¿Obtuvo tan altas calificaciones como su progenitor? “No. Ni lo intenté. Él era un fenómeno, definitivamente. A gente así no se le cae atrás”, expresa sonriente.

Abel Santos es el menor de dos hermanos. Cuando asesinaron a su padre, su madre, Mirna Santos de Abel, estaba embarazada de él y su hermano tenía dos años. Pese a tener habilidades para el dibujo desde niño, esperó entrar a la universidad para descubrir que lo suyo era diseñar edificaciones. En 1996 se graduó de arquitectura en la UASD.

Más tarde, realizó una maestría en arquitectura y urbanismo en el Caribe en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU).

En el 2000 comienza a laborar para el Estado desde las oficinas del Ayuntamiento del Distrito Nacional. Desde ese año hasta el 2002 trabajó en el Plan Director Urbano del ADN, cuando Johnny Ventura ostentaba la sindicatura, y participó en la elaboración del proyecto 27 Ideas Urbanas para Santo Domingo.

Más tarde viajó a Taiwán con la finalidad de especializarse en materia de desarrollo urbano y planificación de infraestructuras. Llega en el 2004 al país y entra a trabajar en el Consejo Nacional de Asuntos Urbanos. De inmediato se involucra en el Plan Indicativo de la Zona Metropolitana de Santo Domingo.

No satisfecho con sus conocimientos, en el 2009 viaja a Japón y realiza estudios sobre planificación regional. Recientemente, representó al país en la Conferencia Mundial Hábitat III, que tuvo lugar en Quito, Ecuador. Este año volvió a Taiwán a especializarse en el tema: Ciudades competitiva.

El parecido con el padre

Aunque se mantiene bajo perfil, el parecido con su padre no le permite pasar desapercibido en algunos actos, sobre todo cuando lo llaman por su nombre: Amín Abel Santos. “Sí, me han dicho que me parezco a él. Estoy acostumbrado a eso”, dice el arquitecto de 45 años, quien lleva lentes de monturas oscuras, como los que usaba el dirigente de izquierda.

Abel Santos es padre de una jovencita de 14 años. Aunque las pertenencias de su progenitor fueron donadas a la Federación de Estudiantes Dominicanos (FED) para su exhibición anual, aún guarda algunas fotos. Explica que su familia entregó las pertenencias de Abel Hasbún al gremio estudiantil confiando en que se crearía un museo, pero no han cumplido. El nombre del joven revolucionario asesinado está grabado en la Facultad de Ingeniería y Arquitectura de la UASD y en la memoria de los que conocieron su vida y obra.

Abel es responsable del planeamiento urbano

Como director de Planeamiento Urbano, Abel Santos se debe ocupar de los  asuntos relacionados con el ordenamiento, planificación y control del territorio del Distrito Nacional, demarcación que tiende hacia la densificación. La Dirección de Planeamiento Urbano está establecida por la Ley 675 sobre Urbanizaciones y Ornato, la Ley 6232, que establece el proceso de Planificación Urbana en ciudades con más de 50 mil habitantes y por supuesto en la Ley 176-07 del Distrito Nacional y Los Municipios.

Dirigente comunista fue asesinado a los 27 años

Abel Hasbún murió de un disparo en la cabeza por miembros del Departamento Secreto de la Policía Nacional, cuando tenía 27 años . El asesinato ocurrió en su casa, ubicada en la calle Francisco Henríquez y Carvajal, de esta ciudad, tras un allanamiento realizado pasada las 6 de la mañana del 24 de septiembre de 1970. Su muerte sobrecogió a la sociedad dominicana y aumento el temor en una época marcada por los crímenes. El brillante joven, como era considerado, fue dirigente del Movimiento Popular Dominicano (MPD).

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