Durante años los habitantes de la tierra hemos sido protagonistas de diferentes cambios económicos que van desde la venta de esclavos, por allá por los años 100 o 200 después de Cristo hasta la sociedad capitalista de hoy.
Pero todos estos sistemas son extremistas y el extremo nunca puede ser productivo para nosotros, ya que no permite una expresión libre por parte de toda la raza humana.
Los diferentes cambios económicos que hasta hoy se nos han presentado no han funcionado a la perfección y les voy a mostrar algunas características de porqué no han sido fructíferos para nosotros.
El intercambio de esclavos, por ejemplo, era bastante sustancioso para quienes lo practicaban pero necesitaba de la explotación del hombre por el hombre. Por ende, no podía sostenerse para toda la vida.
El socialismo, que todavía hay países que lo mantienen como sistema económico, tiene el mismo problema que el de la esclavitud, algunos de los grupos que lo integran no se sienten libres y el hombre nació para serlo.
El Capitalismo es el que actualmente se está utilizando en todo el mundo, donde una o varias personas, reúnen un capital y le pagan a cientos o miles de otras personas para que trabajen por una paga mensual, pero sigue el mismo problema un grupo se siente preso de este sistema mientras el otro disfruta de los beneficios.
Ninguno de los sistemas planteados anteriormente ha podido funcionar satisfactoriamente para contribuir a reducir la pobreza en todo mundo, debido a dos factores que me imagino el lector ya ha podido deducir: el primero es que un grupo es quien tiene los beneficios, y el segundo es que la gran mayoría ha perdido su libertad.
Una propuesta justa es que ambos grupos converjan en un punto neutral, donde unos no se sientan esclavos y los otros sigan teniendo ganancias sustanciosas, el problema radica en que este punto no es posible ya que el grupo que posee el poder no está dispuesto a dejarlo ir.
De manera que la única forma es educar a ambos grupos para que entiendan que todos debemos trabajar con las mismas fuerzas dentro de nuestras posibilidades para que cada uno aporte su parte y podamos crear un mundo más justo para todos.
Una buena forma de hacer esto a través de la libre elección de trabajo; desde que nacemos estamos casi destinados a un tipo de carrera o ejercicio que a la gran mayoría a veces no le gusta y la eligió porque en gran medida esas eran sus posibilidades económicas o porque la persona que pagó sus estudios decidió que debía ser así. La libertad nace con el individuo, los padres influyen fuertemente sobres sus hijos desde el momento en que llegan a este mundo, ellos deben entender que los hijos llegan hasta acá a través de ellos no por ellos ni para ellos.
Eso se queda en la mente de la mayoría de las personas y luego que se tiene una edad adulta se cree que las personas que dependen de nosotros son nuestras y debemos elegir por ellos e influir sobre ellos. Nada más alejado de la verdad.
Un nuevo sistema económico que funcione debe influir, en eso estoy de acuerdo, en las personas hasta una cierta edad digamos 18 años puede ser menos dependiendo del grado de madurez del individuo, en esos primeros años los seres humanos deben realizar tareas específicas para mantener el sistema económico establecido (estudiar, hacer trabajos de servicios y voluntarios, etc.). Luego de eso cada quien es libre de elegir en que área desea desarrollarse para aportar los conocimientos obtenidos y acciones al nuevo sistema económico. De esa forma habrá más personas motivadas siempre de trabajar, porque ha sido ella quien decidió estar ahí.
Lógicamente viene la parte más difícil de manejar, el dinero. Para que un régimen de este tipo pueda funcionar el dinero definitivamente debe desaparecer y todos hacer las tareas que hasta ahora hace cada quien sin recibir paga, pero con todas sus necesidades cubiertas (alimento, vivienda, salud, transporte, vacaciones, educación, etc.) Si analizamos nuestras sociedades actuales existen personas trabajando en cada una de esas áreas a veces por miseria en la paga, únicamente porque les gusta. Y estoy seguro que lo harían gratis siempre y cuando sepan que sus necesidades están satisfechas. La pregunta es ¿lo haría usted?
Imagínese que a usted le encanta el béisbol profesional y que además tiene talento para practicarlo ¿jugaría usted sabiendo que no va a recibir ningún centavo? Pero que podrá tener todo lo que le plazca desde unas vacaciones en una isla caribeña hasta el Ferrari que tanto anhela. Sabiendo que cada persona que le atienda, tanto en el hotel de aquella isla como quien le vendió su Ferrari es igual que usted, eligió el lugar donde quiere estar o por lo menos está haciendo una pasantía en ese sitio para llegar hasta donde realmente quiere estar y mientras tanto lo disfruta porque no tiene ningún tipo de necesidad insatisfecha sólo el anhelo de expresarse y que todos vean su labor. Que todos sepan que por ejemplo ese edificio lo diseñó ese gran arquitecto, o que esos viajes al espacio son para que usted investigue nuevas formas de hacer cosas y de curar enfermedades.
Que los niños estarán siempre en la escuela que les está enseñando o formando ideas para que ellos administren el sistema económico y le agreguen nuevos elementos que lo harán cada día ser más perfecto.