Cuando caiga uno, se van todos como fichas de dominó sin
importar el lugar en que se encuentren, el cargo que ocupen, o si fueren
militar o civil.
Tienen necesariamente, que ser apuntalados, reforzados. Se
les notan sin usar lentes, muchas grietas como edificio afectado seriamente en
grado rojo por un sismo.
Se las están jugando como tiene que jugarse, la misma
sociedad. Es cuestión de vida o muerte. Si pierden, van “to preso”, desde el
menor hasta el mayor.
Desde las cortes altas y las cortes bajas con todos sus
cortesanos, saben que tendrán una turba atrás, persiguiéndolos para lincharlos,
como linchan a los ladronzuelos en nuestras barriadas al ser apresados, por robar
un celular…
Tienen razón. No puede caer uno. Uno solo, porque saben que
ese arrastrará a todos. Están atados con fuertes cadenas de corrupción y
delito.
De caer uno, se fuñen todos, por lo tanto tienen que ser
solidarios. No nos asombremos. La inocencia debe ser proclamada, aunque el
vestuario con que vayan a recoger el premio destile pus y sus manos al
mostrarlas, estén aún llenas de sangre.
Hay que limpiar imágenes. Vendrán los “Reconocimientos”, los
Hijos Adoptivos”, “Hijos Meritorios”, “doctor Honoris Causa”, grandes
titulares, elogios, invitaciones…
Dentro de las estrategias y tácticas, porque en “política”
se puede todo, y en campaña también, se minará al enemigo y se crearán
expectativas falsas de triunfo, de unidad y fortaleza en todos los llamados
frentes opositores.
Así se mantiene cada quién por su lado, creyendo por
separado, que es su momento, hasta pasar el tiempo, y no haya tiempo más
que para perder.
De eso se encargan los “expertos en comunicación”
incrustados en medios y programas para hacer creer, que el desembarco es por el
Paso de Calais y nunca vaya a pensar el enemigo que es por Normandía.
Porque, si el dios que ayuda y acompaña durante algunos
procesos en la justicia dominicana es el Dios de los cristianos y evangélicos,
entonces ese dios conmigo no cuente.
¡Hora de aclarar eso!