EL ABORTO (II)

Ultima Actualización: lunes, 14 de septiembre de 2015. Por: Angel Artiles Diaz

Judith Jarvis Thomson, plantea la propuesta de que se de porsentado, por cierto, que el feto es una persona desde el momento de laconcepciòn. Bajo ese criterio, toda persona tiene derecho a la vida, de modoque el feto tiene derecho a la vida, pero no hay ni la menor duda de que lamadre tambièn tiene derecho a disponer de su cuerpo.

Detengàmosnos en la premisa “derecho a la vida”,  la madre tiene derecho a la vida y, el fetotambièn tiene derecho a la vida. Pero en la mayorìa de los casos, la vida de lamadre no està en peligro, sino que en la mayorìa de los casos la madre hace usode otros derechos, como el de disponer de su cuerpo o el de renunciar a laobligaciòn de ser madre en un momento inoportuno y, cuando se pone el derecho ala vida frente la derecho que tiene la madre de no parir en un momentodeterminado por tal o cual conveniencia, indudablemente que el derecho a lavida es superior.

El derecho a “disponer de su cuerpo”  es evidentemente inferior al “derecho a lavida”, por lo que es inhumano defender el aborto en esa disyuntiva. De modo queesa circunstancia no procede matar al feto, matar una vida ubicada en lainocencia màs infinitesimal.

Los que leyeron el artìculo anterior, recordaràn que laprofesora  Judith Jarvis Thomson, propusola disyuntiva de “el derecho a la vida” que tiene el feto, frente al “derecho a disponer de su cuerpo” que tienela madre.

Los que defienden el aborto, frente al dilema anteriorplantean su defensa en el siguiente ejemplo:

“Usted despierta una mañana y se encuentra con que està enuna cama al lado de un famoso violinista inconsciente, al cual se le hadescubierto una enfermedad renal mortal, y la Sociedad de Amantes de la Mùsica, consultò todos losregistros mèdicos y decubriò que usted tiene el mismo tipo de sangre que elviolinista y es el ùnico que puede ayudarle. Pero resulta que a usted losecuestraron y lo llevaron y lo conectaron al violinista para que los riñones de usted purifiquen los delviolinista. El Director del Hospital le dice a usted: Sentimos mucho que la Sociedad de Amantes de la Mùsica le haya hecho esto,el hospital no està de acuerdo, pero ya està hecho, y el violinista estàconectado a usted. Desconectarlo significarìa matar al violinista. De todosmodos no se preocupe, esta conexiòn serà solo por nueve meses.”

¿Tiene usted obligaciòn de pasarse nueve meses acostado,pasàndole su sangre al violinista?

¿ Y si el mèdico le dice que no son solo los nueve meses,sino que usted tendrà que ser conectado cada vez que el violinista lo necesite,mientras dure su vida ?

Evidentemente que usted tiene derecho a disponer de sucuerpo. Situaciòn que coloca el “derecho a disponer de su cuerpo” en igualdad de condiciones que  el “derecho a la vida”,  pero el mèdico le dira`: lo siento, pero el“derecho a disponer de su cuerpo”  esinsignificante frente al “derecho a la vida”, por lo que usted tendrà que estaral lado del violinista durante toda su vida. ¿Què harìa usted?

Toda la fuerza de contraponer un derecho frente a otro, hacemàs importante el debate acerca del aborto, y la invitaciòn a pensar, en estaparte del anàlisis, se hace imperativa.