El trabajo que realiza el periodista es uno de los máspeligrosos, donde su ejercicio ético y responsable en muchos países, ha costadola vida de no pocos comunicadores.
En naciones arropadas por la corrupción en todas susmanifestaciones y el narcotráfico, es muy rara la no ocurrencia de muertes deperiodistas.
La Agencia de noticias REUTERS califica a México como elpaís de América Latina más peligroso para el ejercicio del periodismo. Esapeligrosidad por igual existe en Colombia, Brasil, Guatemala…otros entre losque no escapa República Dominicana.
Los corruptos, perversos y delincuentes, no toleran, apenasdisimulan con enojo, cuando algún periodista o determinado medio decomunicación hace eco de denuncias sobre actos y atropellos cometidos por esaspersonas, generalmente enquistadas en el poder o muy cerca del mismo.
Utilizan crápulas y sicarios de honras, para tratar derestarle méritos al o los programas, medios o periodistas que se atrevan, en elcumplimiento de su rol social, con responsabilidad y valentía, denunciar susatrocidades.
Contratan hackers, dañan cuentas y servidores, intervienenteléfonos, tratan de amedrentar de una y mil maneras, provocan atentados yllegan hasta el asesinato.
Dicen, que en México se le llama a la Prensa, el “perroguardián de la democracia”.
Conscientes de eso, es que muchos andan con albóndigas enristre, para lanzarlas y desviar la atención del “perro guardián”.
“Albondigas” como casas, sueldos sin trabajar, villasvacacionales, nombramientos a familiares sin tener que asistir a puesto alguno,publicidad engañosa hasta sin tener programas o medios, viajes al exterior ahacer nada, fines de semana en hoteles de lujo, y mil maneras para desviar laatención del “perro guardián”.
Cierto, que las albóndigas son venenosas. ¡Pero qué olortienen!
No detractemos tanto al periodista, sin tratar de calzar suszapatos.