Algunos de los últimos acontecimientos ocurridos en el país,
hacen más interesante el anunciado Foro sobre el Ejercicio del Periodismo y la
Comunicación en la provincia de Puerto Plata, que organizan los productores del
programa televisivo Matinal 3.
Tal vez a nadie le importe saber, por qué las primeras
informaciones confidenciales sobre el caso DICAN estuvieron en manos del
director del vespertino El Nacional, Don Radhamés Gómez Pepín.
Quizás ni muestre interés en conocer por qué se enjuicia
tanto a la prensa de forma negativa en nuestro país.
¿Tiene usted alguna idea de lo que fue y es la prensa
“chicha” en el Perú durante la
presidencia de Alberto Fujimori?
El periodista, el comunicador sobretodo, quien formula
opiniones y juicio de valor mediante editoriales, columnas, artículos,
comentarios y análisis, tiene la libertad de someter a todo el que quiera, en
la balanza de sus consideraciones.
Al menos, eso cree. Civiles, militares, funcionarios y
legisladores, ministros y síndicos, regidores y empresarios, dirigentes
comunitarios, diplomáticos y hasta al mismo presidente de la República!
Lo hacemos en la mayoría de los casos, con el ánimo no tan
solo de la simple denuncia, sino, en busca de corrección, despertar,
rectificar, volver sobre los pasos.
A la prensa se le llama, “el perro guardián de la
democracia”. Somos quienes ladramos para avisar que algo no va bien. Para
llamar la atención.
Un correcto ejercicio del periodismo, se convierte en el
dolor que avisa. Mejor, si se aportan alternativas para el problema que se
denuncia y del que se ha hecho eco.
Cuando la prensa se torna débil, ciega, muda y enferma,
quien pierde más es la misma sociedad.
Cuando esto sucede, ¿Quién nos lo hace saber? ¿Quién nos da
la voz de alarma para cual balandro cambiar de rumbo antes de impactar con el
acantilado?