Un rencuentro de fe y esperanza entre dos hermanas

Ultima Actualización: domingo, 02 de abril de 2023. Por: Félix Corona

Muchas familias se han visto obligadas a dejar atrás sus hogares y emprender un viaje incierto hacia destinos desconocidos en busca de nuevas oportunidades.

El éxodo masivo de venezolanos en busca de una vida mejor ha sido una de las consecuencias más tristes de la crisis económica y humanitaria que ha afectado a ese país durante los últimos años. Muchas familias se han visto obligadas a dejar atrás sus hogares y emprender un viaje incierto hacia destinos desconocidos en busca de nuevas oportunidades. La historia de Alejandra Cadenas Rauseo y Ana María Camargo Rauseo  es una muestra de la valentía y la determinación que muchos venezolanos han demostrado en medio de estas circunstancias difíciles.


Alejandra y Ana María son primas, pero siempre se trataban como hermanas. Crearon una fuerte conexión desde que eran pequeñas y compartieron muchos momentos importantes de sus vidas. Sin embargo, la crisis los separó, y tuvieron que buscar refugio en distintas partes del mundo. Alejandra Cadenas se fue a la República Dominicana con su esposo, mientras que Ana María se estableció en Chile. A pesar de la distancia, mantuvieron el contacto y se apoyaron mutuamente en la medida de lo posible.


Durante más de nueve años, Alejandra y Ana María no pudieron verse en persona. La distancia y las dificultades económicas y logísticas lo hacían imposible. Sin embargo, la magia de la comunicación y la iniciativa de Ana María hicieron posible un reencuentro emocionante. Ana María tuvo la oportunidad de viajar en un crucero que partió desde el Puerto de Punta Arenas, en la Región de Magallanes y la Antártica Chilena, y se le ocurrió invitar a su prima a unirse a ella en una parada en el Puerto Taino Bay en Puerto Plata, República Dominicana.

La distancia se hizo mucho más corta pero todavía Alejandra tenía que trasladarse desde Santo Domingo en el Sur hasta Puerto Plata en la costa norte de República Dominicana, recorrer 260 kilómetros en autobus que la separaban de su prima. Pero finalmente coordinaron fechas y se mantuvieron en contacto por redes sociales hasta que Alejandra llegó al puerto para encontrarse con Ana María.


La emoción y la alegría fueron indescriptibles cuando las primas se reencontraron después de tanto tiempo. Se fundieron en un largo abrazo y caminaron juntas por la zona turística de San Felipe de Puerto Plata, disfrutando de cada momento juntas. Para Alejandra, fue especialmente emotivo presentarle a su prima a sus hijas gemelas, a quienes llama cariñosamente Las Dominican Twins por haber nacido en territorio dominicano.


La historia de Alejandra Canenas Rauseo y Ana María Camargo Rauseo es solo una entre cientos de familias venezolanas que se encuentran divididas en distintas naciones con mínimas posibilidades de reunirse. Muchos de ellos viven trabajando para sobrevivir un día más. Sin embargo, su reencuentro es una muestra de la fuerza y la esperanza que muchos venezolanos mantienen en sus corazones. A pesar de las dificultades, siempre hay un lugar para el amor y la solidaridad en este mundo.