Sexo y Pudor

Ultima Actualización: viernes, 30 de noviembre de 2018. Por: Jaro .

Aquí simplifico el acto del amor que sucumbe al deseo de los humanos, contra la moral y las buenas costumbres.

Tu olor corporal semeja la gardenia en su esplendor combinando tu piel reluciente con el satélite en noche de luna llena, con unos labios morenos lila que desafían mi naturaleza morbosa del macho alfa dispuesto a la cacería erótica de la hembra en posesión, sin límites ni ataduras al acto de la liberación fertilizadora del fluido blanco hueso extasiario y entrañable. Con mi pistilo vertical quisiera fecundar la flor de tu vid en un acto primitivo y oculto, facilitador de la carne cruda, de sabor salobre y húmedo, sin parar el deseo de los desesperados, de los inconscientes liberados al pecado con el que nacemos los mortales. Aquí simplifico el acto del amor que sucumbe al deseo de los humanos, contra la moral y las buenas costumbres, contra la creencia y la fé, frente a lo prohibido y a lo condenable, maldito por el inquisidor castrado y célibe, venerado por lo banal y vulgar, oculto ante los más oscuros deseos y disfrazado ante los acusadores de los que practican y viven atados, que faltan a la palabra y malgastan sus expresiones ante lo incontrolable de la naturaleza.

Malditos, mil veces malditos, fabuladores de la mentira, manifestadores de lo que no hacen y que ocultan al sol, sigilosos y depredadores de la ingenuidad y la inocencia, que explotan con su rango señorial lo que venden como patriarcal, que utilizan el poder para la lascivia de sus sentimientos oscuros, que niegan al creador lo que proliferan en bazofia al semejante, que se libaran al averno lo que vive en sus corazones negros, que no laten ante el sentimiento ajeno y que viven bajo códigos para disfrazar su canibalismo indolente, planificadores de la desdicha y promotores del abuso.

 

Jaro,-