Una batalla ganada

Ultima Actualización: jueves, 18 de diciembre de 2014. Por: Ramiro Francisco

Las diferentes manifestaciones ponen en evidencia, las nuevas modalidades de reclamo dentro de grupos.

La aprobación del Código Penal por la Cámara de Diputados, con las observaciones hechas por el presidente Danilo Medina, tiene varias lecturas sobre el comportamiento de buena parte de la sociedad dominicana de los últimos años.
 
Es innegable, que apenas es el primer inning del partido que puede irse más allá de lo normal, con el empleo por ambos equipos, de sus mejores jugadores.
 
Las diferentes manifestaciones ponen en evidencia, las nuevas modalidades de reclamo dentro de grupos, movimientos, entidades, instituciones, organizaciones religiosas o no, encendido de velas y velones y hasta una imitación de crucifixión hubo contra la despenalización del aborto.
 
Presiones de todo tipo. Amenazas, chantajes de cosas que se ven y que no se ven, como afirmaba el veterano profesor.
 
Y en medio de ese “fogaraté” estaban los diputados y diputadas peleles y temerosos como barco de papel en medio de una tormenta.
 
Al inicio, hablamos de lecturas. Lecturas que pueden ser viciadas o deformadas como habla el Papa Francisco, para tergiversar o justificar hechos, aunque confiamos que el lector es inteligente y sabe “leer entre líneas” y hacer buen uso de una lupa si es posible, en la lectura de noticias, artículos, columnas y editoriales.
 
Con todo, no se puede pasar al olvido, que fueron muchas las entidades que salieron a la luz pública en defensa de la postura del presidente de la República.
 
Está de más numerarlas. Pasa lo mismo con aquellas que se opusieron.
 
Nos gustan esas lecturas debido a que, ante un tema tan controversial y espinoso y frente a baluartes aparentemente inexpugnables como las iglesias católicas y  protestante, se perdió el miedo y el estar vacilante “con Dios y con el diablo”, y se tomó posición al respecto.
 
Religiosos, empresarios, gremios, Colegios, iglesias (adventista), rectores y ex rectores universitarios, políticos, dirigentes comunitarios, sacerdotes, lo mismo que sencilla gente del pueblo, hombres y mujeres con edades diferentes, vencieron el fetichismo, el cuco religioso y el qué dirán, al dar una vez más demostración del despertar en la sociedad dominicana.
 
Despertar que esperamos se mantenga para las batallas venideras.
 
Los que no se atrevieron, los que ni siquiera emitieron un simple comentario público, confiamos lo harán más adelante.
 
No todos despertamos de la misma manera ni a la misma hora.