Esta agresión constituye un abuso en contra el Medio Ambiente, lo que no parece detenerse, porque en los últimos años se han construido en el lado Este de la montaña “Isabel de Torres” modernas urbanizaciones privadas, sin que las autoridades competentes hayan actuado en consecuencia.
Entre estas construcciones se encuentran, los residenciales: El Doral, La Estancia, Doña Helena (Cerro Alto); Cerro Mar, Las Caobas, Uno y Dos; Torre Alta Uno, Dos, Tres, Cuatro y Cinco.
Esta situación se agravó en febrero último cuando las intensas lluvias produjeron un grave deslave en la ladera Oeste de la reserva científica, provocando que fueran inundadas de lodo y sedimento una gran parte de las viviendas de la parte baja del municipio de Puerto Plata.
Expertos en la materia, entre ellos, el geólogo dominicano, ingeniero Osiris De León, grupos ambientalistas de la región del Cibao, han opinado que estos deslaves se deben a la tala indiscriminada de árboles y la extracción de materiales de la corteza vegetal que ha causado el desvío natural de ríos, arroyuelos y cañadas.
Este crimen ecológico al parecer no será parado por el momento, debido a que se observar desde la parte Sureste de la comunidad de San Marco, la construcción que llevan a cabo grupos de personas de viviendas rudimentarias, lo que provocara un feo aspecto a la visual de la loma Isabel de Torres y un daño al ecosistema.
Además, de estas construcciones ilegales, también otras personas practican el conuquismo en el corazón de esta área protegida e incluso, talando arboles centenarios y especies edénicas, entre ellas, caobas, cedros y palma real.
Las agresiones al medio ambiente en Puerto Plata coincide con el más reciente reporte de la Comisión Económica Para America Latina (CEPAL), el cual indica que en el Caribe, incluyendo la República Dominicana, se han perdido desde 1995 hasta la actualidad unas 69 millones de hectáreas de bosques.
Mientras continúa sin pausa la depredación de árboles y de la corteza terrestre en la reserva científica Isabel de Torres, las autoridades del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, en esta provincia, guardan silencio ante estos casos que mantienen preocupadas a las instituciones que defienden el ecosistema natural en la Costa Norte.