En esta temporada navideña, nuestras mentes y corazones están con las familias y comunidades de Puerto Plata y Sosúa, que se enfrentan a una Navidad diferente, marcada por la tristeza y la pérdida. La Navidad, que tradicionalmente es sinónimo de alegría y reencuentro, este año es para muchos un recordatorio de lo frágil que es la vida y lo impredecible que puede ser el destino.
El impacto de las inundaciones que azotaron a estas regiones ha dejado a muchas familias sin hogar, con sus pertenencias arrasadas y la esperanza disminuida por el sufrimiento. Los hogares que una vez estuvieron llenos de risas y celebraciones, ahora enfrentan la dura realidad de la reconstrucción, mientras los recuerdos se mezclan con el barro y el agua. Pero, en medio de este dolor, hay una resiliencia indomable en las personas afectadas. Sabemos que, aunque las aguas hayan arrasado con todo, el espíritu de comunidad y la solidaridad siempre surgen como un faro de luz en tiempos oscuros.
Pero, sin lugar a dudas, esta Navidad también es más amarga por la trágica pérdida de una joven abogada, cuya vida fue arrebatada en una explosión en la oficina donde trabajaba en Sosúa. Su familia, amigos y colegas se enfrentan al dolor indescriptible de perder a una hija, hermana, amiga, y profesional brillante, en circunstancias tan inesperadas y desgarradoras. Esta tragedia ha marcado un antes y un después en la vida de muchos, dejando una huella de tristeza en la comunidad, pero también un recordatorio de la importancia de valorar cada momento, cada vida, y la necesidad de proteger a aquellos que trabajan para brindar justicia y bienestar a los demás.
Hoy, más que nunca, debemos estar unidos. Ayudar a los afectados por las inundaciones, acompañar a la familia de la joven abogada en su dolor, y fortalecer el lazo de solidaridad entre todos. Porque, aunque la Navidad se nos presenta diferente, llena de sombras y pérdidas, es también el momento para recordar que la esperanza y el amor son lo que nos mantienen firmes.
A todos los que sufren en este momento, les extendemos un abrazo sincero. Que la fuerza de su comunidad y el consuelo de quienes los rodean les brinden algo de paz en medio de esta tristeza. Y a la familia de la joven abogada, nuestro más profundo pésame. Su vida no será olvidada, y su memoria seguirá inspirándonos.
Que en este tiempo tan difícil, podamos encontrar consuelo en el amor, la esperanza y la solidaridad.
Por: Jacqueline Tavárez González