Myrna Santos
Compartir con María por muchos años en la proyección de la Sociedad Cultural Renovación y del Concurso Literario “Por Nuestro País Primero” fue una verdadera escuela. No puedo dejar de recordar aquellos años donde el punto de encuentro casi diario, era el local de Renovación. Los proyectos y planes, nos unían en una gran convergencia de afectos.
Mesurada, equilibrada y analítica, María nos daba cátedras de paciencia y verticalidad en las decisiones. Tanto Lillian Russo como yo, éramos distintas a María. Lillian, fogosa, inquieta y creativa me opacaba en constancia y en proyección de los sueños; María, era la que apaciguaba las inquietudes y la que ofrecía la seguridad para que los sueños se concretizaran en acciones propositivas.
María nos controlaba, pero vivía los exabruptos y las motivaciones desbordadas muchas veces por los sueños. Pero al aterrizarnos, ella se hacía cómplice de esas verdades, que a la postre, construyeron, poco a poco, un gran proyecto, que se ha mantenido a través del tiempo, de las vicisitudes y de los encontronazos con la vida.
María se nos fue, tal vez muy sola, por haber partido de su lar nativo, para crear otros espacios en Santo Domingo, donde además de buscar el apoyo familiar ya asentado por muchos años fuera de Puerto Plata, también buscaba paz y otras alternativas de vida para consustanciar sus inquietudes artísticas y culturales, que nunca perecieron en su interior y en su diario accionar en la búsqueda de nueva vida.
María no está con nosotras, se nos fue demasiado lejos, tan lejos que se torna imperceptible, aunque las sombras de su presencia omnímoda no nos han abandonado. Al contrario, María hoy repercute más en nosotras, las que la conocimos y la apreciamos en vida, que cuando estaba viva.
Desencarnó en la tierra, pero como ella misma decía, su etérea alma flota como halo permanente en las metas que se siguen proyectando, como relevo en las que hoy tienen a su cargo el gran puntal de mantener abierta la única biblioteca pública de esta ciudad, que ella tanto acunó en su seno.
María es pensamiento, acción, capacidad creativa, que nunca morirá en los que la conocimos y compartimos en el ayer y el hoy, para que dia a dia recordemos su esplendor.
María es flor, que aunque marchita, renace en otras que toman su lugar para ofrecer su olor, su majestad y su influencia.
María repercute como mujer ilustre, señera y apacible. Nos ofreció su luz y la dejó latente para que como llama votiva se mantenga prendida en el alma de cada una de nosotras, las mujeres que tuvimos la oportunidad de compartir con ella, reconocer sus grandes dotes y dar las gracias por haber aprendido a través de ella el valor del sentimiento hacia nuestras tradiciones y costumbres y a forjar una verdadera fuente de conocimientos para transportarla hacia las nuevas generaciones.
Para ti María que nos ve en el infinito, te mando a mi nombre y en el de todas las que compartimos contigo, ese mensaje poético que te rodeó toda la vida y que te hacía una mujer de sensibilidad y de romance, cuando decías: “Se deja de querer, y no se sabe por qué se deja de querer”. Descanse en paz querida amiga. ydaliam09@gmail.com