El siglo de la hipocresía y el siglo de Santo Tomás de Aquino 2/3

Ultima Actualización: martes, 24 de julio de 2018. Por: Paulino Silverio De la Rosa

Cuanta hipocresía, pedir la muerte de un inocente, y llorar desesperadamente porque ha muerto un hijo.

La hipocresía es tan salvaje y cruel, que dice tener hambre sin tener barriga ni tripa, es así que podemos comparar un pueblo, que quiere cambiar un mundo sin saber cómo hacerlo, pensando que aprobando todas aquellas barbaridades que desde año remoto se han venido rechazando por resultar inmoral, contraria a la naturaleza y las buenas costumbres.

¡Este es el siglo de la hipocresía!, ¿Dónde vamos a levantarle monumento?, ¿Vamos a dejar que siga dentro de nosotros? ¡Este es el siglo de Santo Tomás de Aquino! solo creen en lo que pueden ver, en lo que pasó, y a veces ni en eso, porque viven en los hechos y no despiertan, viven en la raíz de su malestar y no se dan cuenta. ¿Qué generación es esta que no tiene sensibilidad de reconocimiento de su enfermedad? Así veo mujeres pidiendo el aborto, y homosexuales pidiendo su derecho de ser mujer, cuando son hombres quieren ser hembras y cuando son hembras quieren ser hombres.

Cuanta hipocresía, pedir la muerte de un inocente, y llorar desesperadamente porque ha muerto un hijo, como es de triste la desesperación de aquel que quiere correr, pero no sabe a dónde ir; como es de fácil matar un inocente, igual de fácil es creer en un dios muerto, no importa lo que haga el dios muerto no me reprochara, y como Santo Tomás, dudando que en el vientre es un ser humano que respira pero no habla, podemos matarle, no nos reprochara y tenemos la ley que nos protege. ¿Sería justo que la naturaleza estrangule a toda aquella mujer que aborte un hijo? Pero como celebran los hijos e hijas, por todo lo alto el día de las madres, pero como se puede vivir con tanta ingratitud, en proclamar la muerte de inocentes, para justificar el “cuerillaje”, la irresponsabilidad, el libertinaje, el fracaso educativo, familiar y generacional, la moda, el nuevo siglo, la falta de medidas preventivas, es más fácil matar que llenarse de valor y coraje para transformar y concientizar.

Como es de inconsciente la gente, porque no hay nada más ofensivo a la naturaleza, más criminal para los niños, que el derecho que reclaman los homosexuales, pedazos de criminales del medio ambiente, hipócritas desconsiderados, que piden sus derechos sin importarle el de los demás, pidiendo un derecho que no está escrito ni aprobado en ninguna costumbre de la naturaleza; todo derecho individual que choca con el derecho colectivo y el derecho natural e ilegitimo, no puede un derecho afectar otro, ni suplantar otro y mucho menos un derecho general, como el derecho de los niños de crecer en un ambiente saludable, libre de contaminación, a fin de evitar traumas, confusiones y desviaciones de su identidad. ¡Hipócrita! Que dicen ser hembra y no paren, y con cuerpo de hombre, mujeres femeninas queriendo ser hombre, cuantas barbaridades y el pueblo haciéndole el coro. ¡Que vaina! He visto en algunos países que se les ha aprobado las vagabunderías del matrimonio en ambos sexos, después que se casan piden el derecho de poder adoptar hijos, pero si ustedes son conformes a la naturaleza, paran sus muchachos, pedazos de hipócritas; cómo es posible que pueda ser legal, el entregarle un niño inocente a esto distinguidos señores, para que les causen un trauma permanente en el desarrollo, eso es una barbaridad humana, donde están los defensores de la familia y de los niños.


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