Las autoridades de Puerto Plata deben declarar el día de hoy como de duelo
municipal por la muerte del turista alemán acaecido ayer. Y digo un día, pero en realidad deberían
declarar un mes de duelo o dos, o tal vez seis o un año. El corazón de Puerto
Plata como comunidad, como ciudad, como centro de acogida de turistas
extranjeros debe estar compungido a esta hora.
Es necesario que desde la calle Antera Mota hasta el Malecón, de Sur a
Norte y desde la José Ramón López hasta
la calle San Felipe, de este a oeste, sea terminantemente prohibido circular en motores.
Se sabe que son padres de familia, pero la seguridad debe ir primero. Cero
motores en esa zona pésele a quien le pese, proteste quien proteste. No
solamente cero paradas, es cero tránsito de motores por ahí. Busquen las
estadísticas de robos y atracos en esa zona y me darán la razón. Ayer fue un turista que estaba hospedado en
un hotel, mañana será uno de los del crucero.
¡Hasta miedo da mencionarlo!
Por ahí anda un motor CG negro con dos delincuentes acabando con Puerto
Plata. Nadie hace nada. Son invisibles. ¿Y
a quien es que nosotros le tenemos miedo para tomar una medida que es
necesaria? ¿Y como puede ser posible que nosotros seamos incapaces de asegurar
el sosiego a una ciudadanía y unos visitantes?
Los veinte mil y pico de miembros entre policías y armada, deberían estar
cuidando su propia subsistencia apostados en cada esquina de la ciudad;
vigilantes, alertas, celosos, cuidando su moro y el de sus jefes. Sin turismo
no hay ingresos, es la única fuente que tenemos, bien se sabe que aquí el
aparato productivo se fue a la m. Los campos están llenos de bancas de
apuestas, bares y puntos de droga. Ya no hay de nada, casi todo es importado.
Duele admitir que de esos veinte mil y pico de miembros, hay cinco mil bañando
perros y haciendo compras en el supermercado acompañando a las esposas de los
jefes ya sean militares o políticos, en vez de estar protegiendo a un pueblo
indefenso que se cae a pedazos. Y eso es en todos los gobiernos.
La tranquilidad es como la comida, como el sueño, es un elemento
indispensable para el sano desarrollo del individuo. Si no hay seguridad, todo
lo demás es inútil. Inversión en escuelas, visitas sorpresa, todo pasa a un
segundo plano cuando uno no puede salir ni de su casa, por temor.
Dicen algunos que lo de la “percepción” se ha tomado como un tema político.
No es un tema político, es un tema de realidades. Ese tipo tiene que estar loco
de remate para decir una barbaridad así. Y le digo “tipo” porque aun con su
investidura, no me merece ni el más mínimo ápice de respeto ni consideración.
Si Danilo se respetara hace rato que ese “Señor” no estaría en ese puesto. El pueblo entero clamando por seguridad. Ya
los estudiantes ni en la mañana pueden
ir a las escuelas solos, ya nadie puede salir de sus casas y se destapa este
elemento con eso es percepción. ¿Ustedes
se acuerdan de un personaje cómico que se llamaba Celedonio? ¿Lo recuerdan en el Show del medio día? Pues
es lo más parecido al hombre de la percepción. Analícelo usted y vera que es
así.
Lo cierto es que Puerto Plata debe declararse
permanentemente en duelo municipal por el duro golpe dado a su industria en el
día de ayer. Y no me digas que no sabes por
quién doblan las campanas. ¿Tú no sabes por quien están doblando? Están
doblando por ti, por tu industria, por tu familia, por tu ciudad, por tu país,
por tu sosiego, por tu tranquilidad, por tu futuro, por eso están doblando las
campanas.
La falta de autoridad es la peor de las desgracias.