PUERTO PLATA.- Un peregrinaje para llamar la atención de las autoridades y de la población sobre las condiciones infrahumanas en que se encuentran 90 presos preventivos fue iniciado durante la mañana de hoy en esta ciudad.
Esta iniciativa es llevada a cabo por el representante de los Derechos Humanos en Puerto Plata; profesor José Artiles quien advirtió que ya son abusivo, inhumanas e inaguantables las condiciones de hacinamiento e insalubridad que tienen unos 90 presos preventivos en un pequeño cuarto de la Dirección Regional Norte de la Policía Nacional.
Artiles expresó que “a ese grupo de ciudadanos infelices que por una u otra razón se encuentran detenidos, se les han violentado sus derechos, hasta el punto de que las autoridades se hacen de la vista gorda, no obstante conocer de esta problemática social que se le ha dado largas, luego de que el pasado 10 de agosto se trasladaron unos 85 presos preventivos a distintas cárceles de la región”.
Precisó que en una estrecha habitación donde antes funcionó un baño se encuentran 93 hombres como sardinas en lata, que están muriéndose asfixiado por la falta de ventilación y espacio que hay en esa cárcel del cuartel policial local más ahora con las temperaturas calurosas que se registran en esta época del año.
Durante su peregrinaje por las calles principales de Puerto Plata, el profesor Artiles se paseó con un cartel colgando de su cuello, conteniendo la leyenda: “SE MUEREN…los presos preventivos, donde están es una asquerosidad…PIEDAD”.
Asimismo, fue acompañado por el dirigente comunitario Emérito Almonte quien exhibía la bandera nacional en este intento de que las autoridades de la Dirección General de Prisiones, el Ministerio Público y todas las instituciones que tengan competencia en este caso que emprendan una acción rápida para evitar que los presos preventivos mueran asfixiados.
Se recuerda que hace apenas una semana, los presos preventivos detenidos en la cárcel de la Dirección Regional Norte de la Policía Nacional en Puerto Plata realizaron un motín ya que no cabe ni un mandado en esa angosta habitación que ocupan unos encima de los otros.