La percepción ya está sembrada en la expectativa colectiva, el ciudadano presidente tiene la sartén por el mango y debe seguir sacudiendo la estructura administrativa del Estado, para que caigan los que fueron a 'hacer su cambio', a los que no funcionaron, a los hijos de papi y mami, que por no dolerle el partido fueron a los cargos públicos a rascarse el ombligo, a sacudirse las narices y a despreciar a las bases del partido político.
Es la hora oportuna, el pueblo dominicano espera más reestructuraciones en el andamiaje burocrático. Hay que sacar la eneptitud de las instituciones del Estado, sacar a los faraones y las Cleopatras de las posiciones en las que nunca debieron estar.
El 2028 depende de este febrero y de seguro que Luis lo sabe, por lo que, bisturí en mano debe extirpar las partes estériles que el amiguimos y la canchanchanería empostró en los cargos públicos en perjuicio de la merecida militancia y de sectores técnicos enrolados en el escalafón.
Y, a los aliados que ya succionaron el néctar lácteo de la ubre vacuna del poder durante cuatro años, también hay que mandarlos al banco, basta de merecimientos estériles, que le den paso a otros que trabajaron por el triunfo del PRM y todavía no han visto a linda.
Para el 2028 hay que fajarse para poder ganar con un candidato nuevo y con una militancia disgustada, que mira a los buenos para nada comiéndose las tres calientes, mientras ellos jalan aire, el trabajo que espera al PRM no es poco ni es fácil. Suerte que la oposición sin ombligo no encuentra temas para justificarse en los medios de comunicación. Esa es la suerte, lo demás va a depender de mucho trabajo.