En un mundo donde el estrés y la ansiedad parecen ser la norma, algunas personas adoptan una actitud despreocupada y apática, tal vez es un mecanismo de defensa. Estas personas a menudo vistas como indiferentes o desinteresadas podría ser que en realidad estén lidiando con problemas internos profundos que afectan su capacidad para conectarse emocionalmente con su entorno.
Particularmente llama la atención la despreocupación, alienación y la apatía de algunos ciudadanos. Siento una profunda curiosidad y al mismo tiempo respeto por aquellas personas que logran vivir con gran despreocupación y apatía en una nación donde falta lo esencial y los problemas cotidianos se convierten en motivos hasta de celebración un ejemplo los bares a orillas de los ríos en crecidas y en lo social las interrupciones eléctricas y el alto costo de un kilowatt por hora.
Estas particularidades son celebradas en redes sociales y la carencia de educación y compromiso ciudadano son ventilados como grandes virtudes de los dominicanos. Olvidando que por años los mismos ciudadanos han tenido que resolver las faltas o mala calidad de los servicios públicos de forma individual, desde la salud con seguros privados y generadoras eléctricas, inversores o pozos de agua para citar algunos.
Tal vez la gente cansada por el hastío de los discursos vacíos o porque tienen la convicción de no vale reclamar porque no serán resueltos los problemas esenciales.
Estas personas tienen la capacidad de no mostrar ningún tipo de interés por los problemas cotidianos, mantienen una actitud relajada en situaciones estresantes, a veces parecen tener desconexión emocional de los eventos que afectan a otros y dan la impresión de que los males sociales no existen para ellos.
No corresponde a este articulo referenciar las posibles causas que podrían provocar estos comportamientos si son factores psicológicos como la ansiedad, o algún que otro trastorno de la personalidad.
Podría suponer que socialmente que sus entornos y experiencias pasadas eran similares a la vida tranquila y apacible o quizás factores biológicos, no sé si desequilibrios químicos en el cerebro. En fin, es un tema que llama poderosamente la atención ver como la mayoría de los ciudadanos dominicanos aceptan todo tipo de imposición, violación de sus derechos, malas prácticas médicas, carencias para recibir los servicios de salud. Claro habría que referir las componendas judiciales que implica a un simple ciudadano demandar en el estado en que están las cosas.
Es innegable que la despreocupación exagerada, afecta las relaciones personales con amigos y familiares, en los estudios, la motivación y el rendimiento académico o laboral. Creo que en una nación donde la mayoría de sus ciudadanos se mantienen incólumes antes los problemas sociales que les afectan de manera directa es digno de estudios.
Una nación compuesta por ciudadanos con alto grado de civismo y responsabilidad no se despreocupan de las medidas y acciones de sus gobernantes, porque las medidas que toman quienes dirigen cualquier organismo además del estado pueden repercutir e impactar la salud, la alimentación y gastos fijos de las familias y hasta las futuras generaciones.