Es noviembre el mes de la lucha contra la NO violencia hacia la mujer, específicamente el 25 del mismo y es celebrado internacionalmente, es también, en nuestro país el mes de la familia y por lo visto, nunca será suficiente las veces que se escriba sobre la muerte de mujeres a manos de sus parejas sentimentales. Y hay tanta tela por donde cortar, ejemplo el reciente caso de una joven de 22 años que fallece a manos de un señor que casi le triplica la edad y con esto, cada mujer tiene un denominador común, una vida que no retorna, ambas familias destrozadas y si hubiera hijos quedan en estado no solo de orfandad pues también, de indefensión.
Y no, no nos cansaremos de escribir, de hablar, de comunicar, de expresarnos y de levantar la voz en contra de los casos de violencia que nos arropan años tras años con estadísticas que siguen en aumento, sobre todo en una sociedad donde las redes sociales se hacen eco de estas noticias y como si no fuera suficiente la tragedia, provocan que las victimas mueran física, moral, integral y socialmente, tratando de justificar las razones que desencadenan la acción irracional, desmedida y violenta de un hombre que esta supuesto a amarte, respetarte y más que nada, protegerte como se indica desde el Genesis.
La tan marcada diferencia de edades en una relación es un factor que en los últimos tiempos ha generado todo tipo de controversias, noticias y desgracias, a esto súmele el poder adquisitivo de los caballeros que optan por relacionarse con jóvenes que pudiesen ser sus hijas y que a raíz de las dadivas y detalles que ofrecen pareciere que les concede el derecho y poder de hacer con la vida de las muchachas lo que les da la gana. No teniendo la madurez suficiente para entender que las mujeres de esta generación piensan diferente y eso no es razón para matarlas, ellas tienen que ser como su generación, nada absolutamente nada justifica la muerte de una mujer joven, sin tener la opción de entender porque le segaron la vida.
Estimados caballeros, cuiden sus esposas, protéjanlas, ámenlas y acepten su naturaleza, su historia. Queridas esposas, respeten sus esposos, cuídenlos y trabajen juntos para convivir en mejores términos, si no se puede, si no se adaptan, alzar vuelo es mejor que terminar en un escenario funesto.