Calamitosa y sumamente preocupante es la situación del tránsito en Puerto Plata y sus municipios. A diario, dos, tres, cinco, ocho, accidentes. Fallecidos por doquier.
 
El hospital repleto de heridos. Los tribunales atestados de procesos. 
 
Una selva, con reglas, pero sin respeto por ellas.
 
Y es que todos tienen prisa, todos quieren llegar primero. 
 
La prisa es el cáncer de la sociedad actual. 
 
Una vez me dijo un amigo; yo no ando muy deprisa porque a donde quiera que llegue es a sentarme que voy. Una frase lapidaria que no he olvidado jamás y la pregono. 
 
Se le atribuye a Napoleón el haberle dicho a su ayudante “vísteme despacio que tengo prisa”. Despacio, con cuidado; ya que cualquier error podría demorarlo. 
 
Los medios de comunicación deberían tener una campaña permanente de orientación acerca de las consecuencias del exceso de velocidad y de no respetar las señales de tránsito. 
 
Los usuarios, especialmente del servicio de motoconcho, deben convertirse en sujetos activos y reclamarle a los motociclistas cuando violan un semáforo o cuando se desplazan a exceso de velocidad. 
 
Cada día se agrava más la situación. ¿Qué hacer?