Nuestra República Dominicana es un país eminentemente turístico. La experiencia reciente en la Feria FITUR de Madrid nos confirma en una posición estelar en el mercado mundial. Hemos trabajado inténsamente en los últimos 50 años para eso, y en ese transcurrir hemos tenido muchos héroes visibles y anónimos.
Puerto Plata fue sin dudas el espacio pionero en este desarrollo al cual llegamos todos ciertamente incrédulos, con excepción de Balaguer, Miolán y otros más. Luego llegaron los demás sub-destinos incluyendo la propia Ciudad de Santo Domingo. Con orgullo podemos decir que ha sido un camino en ascenso permanente, "sin prisa, pero sin pausa", parafraseando al amigo héroe Frank Rainieri.
El enfoque del Estado para transformar a Puerto Plata en LA COSTA DEL AMBAR, por allá en los años 70's, fue ciertamente impactante. El Gobierno logró interesar al Banco Mundial para financiar un desarrollo integral que incluyo carreteras, acueductos, plantas de tratamiento, teleférico, un aeropuerto internacional moderno, la reconstrucción de la ciudad y su centro histórico, y, como "moña de regalo", el proyecto novedoso de Playa Dorada, que paso a ser un punto de referencia para otros destinos/países de America.
A partir de ahí la inversión publica-privada no dejó de fluir, resaltando la expansión a Sosua, Cabarete, Luperon y demás municipios de la provincia, extendida por vínculos económicos hasta Río San Juan y sus vecindades.
Una superficial evaluación de la inversión global existente, a costo actualizado, nos lleva a concluir que "hacer otro Puerto Plata Turístico" podría costarle al Estado más de 20 a 30 mil millones de dólares. Sin contar con la mano divina del Creador, que puso su impronta en el destino más lindo y completo del caribe.
Por eso, y solamente por eso, la importancia que le ha dado el Presidente Abinader en el desarrollo de un nuevo enclave de primer mundo, en nuestro destino, es una apuesta ganadora. La mayor inversión en infraestructura y soporte de oferta complementaria ya existe, solo hay que reforzarla. Solo faltaría una vía de comunicación más expresa y segura, como es el proyecto de Autopista del Ámbar, que acercaría el destino a Santo Domingo, a una distancia similar a Punta Cana, y crearía la estrategia para poder comercializar las dos provincias y sus aeropuertos al mismo tiempo: Puerto Plata y Santiago. Me consta que esa obra también está en la mira del gobierno.
Por estas condiciones es que considero que el Proyecto Punta de Bergantín es una apuesta segura, ... y más barata que otras en curso, ciertamente necesarias, como serian las del Sur del País.