Dejamos de vivir en comunidad, y nos convertirnos en desconocidos.

Ultima Actualización: viernes, 15 de julio de 2022. Por: Yaritza Diaz

Por: Yaritza Diaz

Muchos de nosotros fuimos criados en comunidad, en donde si mamá trabajaba la vecina nos tiraba el ojo y nos pasaba comida.

 

Se daba que en el barrio solo una familia tenía tv y los Domingos nos reuníamos a ver la lucha libre, novelas o lo que fuera para entretenernos y era algo normal.

 

En las tardes las vecinas se reunían en el patio más fresco a charlar.

 

Aún si eras de una familia acomodada podías percibir esa convivencia que se daba en los barrios.

 

Hoy criticamos a nuestros jóvenes porque se pasan mucho tiempo en redes y lo que no estamos notando es que su comunidad actual está en línea, criticarlos no es la forma porque ahí es donde han crecido.

 

Ahí ellos y muchos de nosotros aún más adultos hemos encontrado una comunidad, personas que tienen propósitos en común, gustos en común, ideas e ideales en común.

 

Es cuestión de adaptarnos.

 

¿Pero cuáles son los contras?

 

Hemos dejado de vivir en comunidad, eso afecta de manera directa nuestra sociedad, hoy es más fácil escribir un DM que mirar a los ojos al amigo y saludarlo, a tal punto que tenemos cientos de seguidores y cuando nos topamos en las calles no sabemos cómo iniciar una conversación.

 

Tenemos muchos amigos on-line y muy poquitos off-line.

 

No tenemos con quien contar, la vida de todos es “perfecta” y nadie necesita de nadie.

 

Le damos veracidad a la sonrisa de la foto y olvidamos el ser humano que hay detrás con miles de conflictos quizás.

 

Debe haber un balance entre estos dos mundos que nos permita ser seres afectivos, solidarios y empáticos con los seres humanos que tenemos al lado.