El desarrollo tecnológico ha hecho que muchas actividades, tal y como se conocían hacen alguna década, hayan cambiado ostensiblemente. El progreso en aspectos como la realidad virtual o la ingeniería robótica, han hecho que empleos que antes necesitaban de capital humano, poco a poco se vayan sustituyendo por autómatas.

Los establecimientos físicos dedicados a las apuestas, están en fase experimental de este cambio de modelo. Todo hace indicar que el personal de casino quedará irremediablemente relegado, puesto que con los robots se ganaría eficiencia y se disminuirían gastos respecto a un trabajador de carne y hueso. Este personal laboral de última generación no tendría que preocuparse de enfermedades o de permisos para cuidar a un familiar. Únicamente tendrían temor a un virus informático que colapsaría su sistema.

Se ha demostrado en casinos de Hong Kong y Macao, que los robots crupieres ofrecen un gran resultado, siendo la previsión que no sean un mero repartidor de cartas. La idea es que estos autómatas incorporen otras funciones que serán muy útiles para el establecimiento en cuestión. Algunas características serían el reconocimiento facial, la inteligencia artificial o el multilenguaje, todo para aumentar la experiencia de todos los clientes, y limitar al máximo las malas praxis que pueden surgir como consecuencia del desarrollo de esa actividad. Al contemplar una mesa de blackjack organizado por un robot, se puede observar que el funcionamiento de la mesa iría a la perfección, convirtiéndose también en un aliciente para captar nuevos usuarios.

Una de las empresas que lleva la voz cantante en estos aspectos innovativos es Paradise Entertainment. El objetivo de esta compañía es implantar, de forma generalizada, este tipo de casino en los que los robots sean una pieza fundamental, siendo el próximo objetivo de su expansión en Estados Unidos. Una nación, que en muchos casos prohíbe de forma legislativa el empleo de crupieres humanos, con lo que el reparto de cartas a través de un robot sería una opción muy válida para el presente y el futuro cercano.

Pero la modernización de los empleos de los casinos no se quedaría únicamente en las mesas de blackjack. Es previsible que se generalice una práctica que hace algunos años parecería cosas de películas de Hollywood de ciencia ficción. Los camareros pasarían a mejor vida, y se verían sustituidos por robots barman que preparen combinados de calidad, siempre con la misma proporción de ingredientes, y con un servicio óptimo.

El precio de estos camareros es aún prohibitivo para muchos responsables de casinos físicos en todo el mundo. 99.000 € es la cifra que ha fijado Carlo Ratti para vender sus nuevas creaciones, y previsiblemente con el transcurso de los años esta innovación se adapte a las necesidades del mercado, adecuando su valor a las cuentas de todos los establecimientos físicos dedicados a las apuestas.

Los robots han llegado para quedarse. Los casinos no han perdido nota de todo este progreso tecnológico, para ir adecuando todas sus salas poco a poco a estas innovaciones y generalizarlas en los próximos años.