El día de ayer participé en una reunión social donde "de nuevo y sin desearlo" se impuso la discusión del tema de las tres causales para despenalizar la interrupción del embarazo. EL ABORTO.
En un ambiente como ese es esperable que la mayoría esté de acuerdo con su inclusión en la aprobación del Código Penal; sin embargo, lo que me llamó fuertemente la atención fue el razonamiento de uno de los presentes:
"Soy un ferviente creyente de mi fe y mi iglesia; me inscribo entre los ciudadanos PRO-VIDA. Insisto en que "soy respetuoso de la vida, desde la concepción hasta la muerte". Ayudo a mi familia y congregación en la concientización de nuestros jóvenes en este sentido.
Pero como vivimos en un estado laico, demócrata y social de derecho, al cual he jurado fidelidad, NO PUEDO OBSTINARME EN IMPONER MI CRITERIO A LOS DEMAS.
Creo que es imposible definir mejor de ahí el conflicto que divide a la población dominicana.