La despenalización de las tres causales; un tema muy complejo que afecta a más personas de las que uno se imagina

Ultima Actualización: martes, 23 de marzo de 2021. Por: Jose Natalio Redondo Galan

Por: Jose Natalio Redondo

 

El sentido común y la cautela obliga, a veces, a no intervenir en temas tan complejos, y que levantan tantas pasiones. Sin embargo, el impacto social del problema es tan severo, que no debemos abstraernos de manifestar nuestro parecer. Se necesita analizar y tomar partido en esta discusión.

 

Antes que nada, debemos aclarar que el tema de la despenalización del aborto en las tres condiciones propuestas, no afecta mayormente a las mujeres jóvenes de las clases media-alta o alta de la sociedad. Ellas no tienen realmente un gran problema, porque, ante una decisión definitiva de abortar, disponen de la capacidad de viajar a otro país muy cercano a hacerlo legalmente, bajo estrictas medidas sanitarias, y con muy poco riesgo.

 

El problema es para esa gran población de jóvenes, sin muchos recursos, que se ven afectadas por un entorno hostil, donde la misma familia la somete a una violencia extrema, abandonada por una sociedad indolente, incluyendo sus pastores religiosos.

Se les exige silencio, y que carguen con "su culpa" para siempre. Entienden que su "deber" esta por encima de su deseo y posibilidades.

 

Si al momento de expresar el criterio cada uno pudiera "colocarse en la chaqueta ajena", la decisión no fuera tan simple como a veces oigo plantear. Esto no es UN SI o UN NO. Es mucho más complejo que eso.

 

Yo creo que la mujer debe tener, con el apoyo real de su familia y la ciencia bien aplicada, el derecho a decidir, en una crisis como esta. La ley no debe obligar a un SI o un NO.

Cuando se trate de situaciones puntuales, como se definen en las tres causas de riesgo mayor para la madre y el producto, nadie debe abrogarse el derecho a decidir por el otro.

 

La familia y las iglesias, juntas en pos del bien comun, tienen un espectacular papel a jugar en estas situaciones. No le deben echar la cuaba solo al estado. Primero porque el hecho mismo es una muestra de la pobre educación global, y la incapacidad para orientar en su prevencion; y segundo, porque su responsabilidad histórica le obliga a acompañar a su fiel en una decisión muy difícil y dura, independientemente de lo que la persona primariamente afectada decida. Su papel es ayudarla a tomar la mejor decisión, y acompañarla aun cuando sea contraria a sus preceptos.

 

En mis 40 y tantos años de práctica de la medicina me he visto envuelto en una decena de casos parecidos. La verdad es que la situación es muy compleja en todos los sentidos. Unas decidieron que si, otras que no; ... no siempre les salió bien la cosa. Pero sin dudas que les fue peor a las que fueron OBLIGADAS A TOMAR UNA DECISIÓN CONTRARIA A SU DESEO.

 

Estoy convencido que, mas temprano que tarde, todos llegaremos a la misma conclusión, incluyendo las iglesias: NO SE PUEDE OBLIGAR A NADIE A HACER CON SU CUERPO LO QUE NO QUIERE, PORQUE ESTAREMOS FORZANDO A HACERLO EN EL OCULTISMO ILEGAL, QUE ES DONDE PROVOCAMOS LA MUERTE DE LOS DOS: LA MADRE Y EL NIÑO.

El reto de los grupos que quieren imponer sus criterios es cambiar la imposición por el acompañamiento; porque, al final, la historia ha demostrado que nadie tiene la verdad absoluta.