Covi-19

Ultima Actualización: miércoles, 22 de julio de 2020. Por: Jose Alberto Reyes Ortega

Por: Jose Alberto Reyes Ortega

Pues ya nos olvidamos si fueron o no los chinos los culpables; también olvidamos si Bill Gates y su grupo aspiran a reducir la población, eliminar los más avanzaditos o si están creando junto a los “Simpsons” un nuevo orden económico, político o social.

 

También nos olvidamos de la renuencia-rebeldía del presidente Donald Trump al negarse a realizar medidas preventivas para evitar la pandemia, retirarle fondos a Centros de Investigaciones y bromear con la situación de salud mundial. También olvidamos las muertes de Italia y España, el colapso de sus sistema de salud y la cantidad de muertos diaria que durante tres meses azotó de manera desesperante a esos ciudadanos del viejo mundo.

 

 Entonces comenzamos a perder en New York nuestros amigos que emigraron a la gran urbe, personas humildes, alegres, cooperadores, amigos, hermanos, aquellos que fueron responsables de mejorar la vida de los que dejaron atrás, aquellos que se reunían para pensar en cómo ayudar su país, su pueblo, si, los comenzamos a perder, pero al parecer también esos acontecimientos funestos también los olvidamos. Caramba!

 

También olvidamos aquel italiano tras la pared de cristal en bata hospitalaria, y también olvidamos aquella señora dominicana procedente de Italia y que se estableció en Villa Riva; y olvidamos también aquella famoso boda ostentosa en el este que formó el epicentro de diseminación. Olvidamos el peregrino y la condena morall de algunos influencers a mi ciudad, de la actitud política del Ministro, del cerco o cordón que nos mantuvo de manera incómoda y discriminatoria por varias semanas, nos hicieron sentir como los leprosos mencionados en la Santa Escritura, que a propósito no mencionaré algunos Pilatos que se lavaron las manos dejando solo a aquel que apenas tenía dos días en el cargo. Y nos tildaron de ignorantes a través de la fe, el único recursos de los que no pueden.

 

Pues hoy, después que nos abren la libertad para ir a votar, también tomamos esa libertad para ir a contaminarnos mediante la chercha del alcohol, la Hooka, los cocinaos y la juntadera de la música alta. El malecón de mi ciudad, el de la capital y el monumento de Santiago se vuelven una gran masa de ciudadanos. Se nos olvidó que no ha pasado, nos volvemos proveedores del oficio de enterramiento masivo, condenamos a la sociedad a perder grandes vivos y a aportar grandes muertos. Y ahora! A quien vamos a culpar?