Hasta la próxima inundación

Ultima Actualización: sábado, 26 de noviembre de 2016. Por: Ariel Heredia Ricardo

Mirando lo ocurrido en la Provincia de Puerto Plata con las últimas aguas caídas, me cuesta mucho trabajo decidir cuál mito griego representa mejor el drama dominicano.

Mirando lo ocurrido en la Provincia de Puerto Plata con las últimas aguas caídas, me cuesta mucho trabajo decidir cuál mito griego representa mejor el drama dominicano de la continua repetición de sus crisis.

Si el de Sísifo, forzado a subir constantemente una piedra por una pendiente que termina rodando al llegar a la cima, o el drama de Prometeo, condenado a que sus entrañas fueran devoradas en la noche por un águila, para verlas crecer durante el día y volver a ser comida por la noche.

Los dos mitos, desde diferentes ángulos, muestran la tristeza de la imperecedera repetición de los infortunios. Sísifo nunca  aprende y debe repetir su inviable tarea. Prometeo cree que cada vez será el final, para vivir o morir, pero no puede parar su angustia.

Las inundaciones que azotan a la región del Cibao son una metáfora de estas mitologías. Muestran hasta qué punto una dirigencia política puede condenar a su pueblo al malestar recurrente por el daño de pensar más en el presente que en el futuro.

Las inundaciones que hace 10 años eran llamadas "casuales", hoy se repiten cada cinco años; y los niveles y daños son cada vez más alarmantes. Y se repite el mismo show: agresión a la pobreza, conflicto social, solidaridad descomunal, pero sin logísticas, explicaciones vacías, promesas de proyectos que nunca se llegan a materializarse. Todo hasta la adyacente inundación. 

El calentamiento global brinda una nueva excusa para la falta de planeamiento, aunque el calentamiento de la tierra es real, el gobierno tiene que demostrar que la planificación y el compromiso técnico y político nada pueden hacer frente a la naturaleza.

Pero cuando, como hoy sucede, no existe ningún sistema de alerta nacional confiable sobre fenómenos hídricos que permitan prever y actuar. Y la muestra la tenemos con la ultima inundación, el fenómeno se vuelve ingobernable.

La situación actual no fue un problema regular, sino el resultado de una temporada de lluvias excesivas, por lo que podría haberse avisado a la población y evitarles tantos sufrimientos a los pueblos del Cibao, porque mientras San Felipe, estaba en alerta verde, la Provincia de Puerto Plata, estaba bajo agua.