LA CAPACIDAD DE VOTAR –II

Ultima Actualización: lunes, 01 de agosto de 2016. Por: Angel Artiles Diaz

Para que haya racionalidad en el voto, debe haber un modelo de partido responsable...

El estudio sociológico, ordenado capitalmente por lacorriente funcionalista conocida como funcionalismo estructural oestructuralismo, en tanto que espacio para la construcción teórica de unfenómeno social, tiene por objeto observar la sociedad, como un rompecabezascomplicado, cuyos trozos funcionan mancomunados para suscitar  respaldo y duración en el espacio temporal.También  se entiende el funcionalismoestructural o estructuralismo, como la forma o manera de estudiar la sociedadcual si fuera una estructura de engranajes sistematizados, desde unaperspectiva macro, amplia, de todas las estructuras o mecanismos que conformanla sociedad, entendida como sujeto de constante evolución.

Anthony Downs, en el ocaso de la década de los 50s, pioneroen la teoría de la elección pública, propuso por primera vez la existencia dela posibilidad de la irracionalidad a corto plazo del acto de votar,   debido a que el costo de hacerlo es superiora los posibles beneficios a obtener, de donde surge la conclusión de que elvotante racional, es más escaso y es más proclive a la abstención. Para Downs,para un ciudadano, lo único que podría estar revestido de normalidad en unproceso de votación sería el deber de participar.

Son muchos y muy variados los enfoques que teóricamenteprocuran analizar el comportamiento de los ciudadanos en los torneoselectorales del maltrecho sistema democrático, sobre todo en los paíseslatinoamericanos que invirtieron cuatro o cinco décadas de la segunda mitad delsiglo pasado adoctrinando más de una generación que dominó los escenariospolíticos en la diestra o en la siniestra (sobre todo en los linderos de laoposición) hasta que el neoliberalismos los doblegó, obligándolas a poner lamano izquierda con el dorso sobre las vértebras lumbares y la mano derechahaciendo el gesto de la docilidad lacaya.  

El enfoque más discutido es el de la elección racional conaplicación en el contexto político, que se basa en la premisa de que elciudadano tiene capacidad para determinar, dotado de la  suficiente información, cuál es el partidoque más se acerca de sus perspectivas y aspiraciones individuales y, en menormedida, las demandas del bienestar colectivo, responsabilidad del Estado, pormedio de la implementación del variado pinto de políticas públicas.

Para que haya racionalidad en el voto, debe haber un modelode partido responsable, que se engendre en un ambiente de interacción social,entre el elector   racional, que demanda  políticas públicas en beneficio de lacomunidad a cambio de su voto; y del otro lado, el político que respondeaceptando la demanda y acomodándola en su catálogo de oferta programática,conjugándose así: La elección racional, el mercado político y el programa degobierno.

Si bien es cierto que los vínculos ideológicos de loslatinoamericanos, son restos de un naufragio que bogan mar adentro buscandohilachas del vestido blanco de Alfonsina Strosner, y la voz antigua de viento yde sal… impulsados por corrientes insondables de intereses creados, dejando entierra el voto incongruente; no menos cierto es que la partidocracia de laregión del planeta denominada América Latina, ni necesita, ni usa el votoideológico-electoral para afirmarse en el poder.

El papel de la ideología en la convocatoria  de masas electorales, en la creación delmodelo de partido responsable, está afectado de vanidad intelectual, queimpulsa a muchos de sus líderes a impartirnos una charla, cada vez que vennuestras orejas, para demostrarnos (a los hijos de humildes costureras) queestamos equivocados y que por esa razón reprobamos el examen de admisión a susparcelas aristo-políticas, debidamente deslindadas e individualizadas. Para queno haya dudas, se cuidan de que no sepamos que ellos se candidatean, para queno cometamos el atrevimiento de inscribirnos en sus partidos, ni votemos porellos, lo cual sería una afrenta, un sacrilegio, una herejía.

El modelo de partido responsable, para bien de la humanidad,es tarea de los que se creen intelectualmente cultivados, (culturosos, ahítosde citas), que muy a su pesar, no saben comunicar el torrente de ideas deprogreso y desarrollo humano que llevan en la mochila, porque no saben pordónde se llega al barrio marginado, ni reconocen la importancia estratégica delestómago vacío de las masas hambreadas, ni cómo se abraza a una viejecitadesdentada, ni a un niño de prolífica mucosidad, sin camisa y sin chancletas.