Hoy, quiero recordar a éste ciudadano de América. Así le han llamado los grandes hombres de este Continente; como el Prof. Juan Bosch, porque se ganó ese respeto y cariño por el trabajo realizado en su época de forma desinteresada, por el amor a sus semejantes.
Indiscutiblemente, con las precariedades de la década del siglo XIX, Hostos, hizo aportes a la tecnología, sin lugar a dudas. En esas calamidades y azotado por sus adversarios pudo hacer cosas trascendentales a las pasadas, presentes y futuras generaciones. “Enseñad al pueblo a pensar”.
Hostos, era una persona humilde, sencilla y de mirada triste, peregrino incansable, luchador, progresista y revolucionario completo, no tanto porque se abrazara a una u otra doctrina política más o menos radical, sino porque siempre hizo todo por lo nuevo y lo mejor, y eso es ser esencialmente revolucionario. “La verdad y el bien siguen un mismo camino, el que busca la verdad encuentra el bien”.
Jóvenes, adultos, hombres y mujeres, busquen los consejos de Eugenio María de Hostos y van a encontrar un maestro de maestros en lo sociológico, cultural, político, un educador, publicista, ensayista, humanista, orador, periodista y poeta. Si aplicamos la moral y cívica de Eugenio María de Hostos en nuestras escuelas, hogares y en el Estado –Instituciones Públicas- el país marchara de otra forma.
Y hay que decir que por doquier estuvo, dejó curriculum parecido, obra vasta, difícil de igualar, que hiciera al Maestro Ferrer Canales exclamar emocionado: “¡Cómo se multiplica este apóstol del bien!”.
Luchador por la independencia de Cuba, de Puerto Rico, de la República Dominicana. Soñó con una Confederación Antillana; luchó con esmero en favor de los indígenas, los negros, las mujeres, soñaba en contribuir con una escuela nueva y mejor, capaz de formar nuevos y mejores hombres y mujeres, los patriotas abnegados que consideraba hacían falta a nuestros pueblos para su progreso y desarrollo.
No queremos que usted amigo lector termine aquí, siga buscando más de Hostos, sobre su concepto de deber cívico y patriótico, y no otra cosa, es el estudio del pensamiento HOSTOSIANO, cuya esencia nacionalista y progresista aún no ha perdido vigencia. Porque no cabe dudas de que todo cuanto fluyó de la pluma de ese “hombre singular que nos dió el don supremo de una educación que encierra una profunda enseñanza”... “Acompañemosnos con nosotros mismo y al menos la soledad podrá convertirse en fuerza” E.M. Hostos.